¿Cómo hacer que las sencillas y complicadas flores, esos monstruos de la naturaleza que son como insectos de colores vivos enraizados en el aire, renazcan de la sensiblería que las ha hundido en la miseria humana? Tener sentidos de abeja es para nosotros una aspiración imposible que se puede soñar, y una exigencia de dignidad desde el mundo leve de las flores. Las categorías matan vuestra variedad en constante renacer. Hoy quiero reivindicar vuestro valor alejándome de todo lo que os desequilibra desde lo humano. Aunque no sois diosas, ni aspiráis a serlo, quiero pediros vuestro perdón sin palabras y ofreceros un respeto de abeja que nunca llegaremos a alcanzar. Muchas gracias por todo desde la imposibilidad de comprenderos realmente.