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Mostrando entradas de 2019

UN SIGLO DE ARTE

  Dos grandes obras de dos artistas que estimulan mi sensibilidad, que la incluyen como parte de mis reflexiones y que convocan a la reflexión a partir de su palpitación propiamente sensible. Dos planteamientos plásticos que tienen algo en común en sus puntos de partida aunque su realización y forma estén separadas por casi un siglo de distancia. Desde Monet (1840-1926) hasta Lichtenstein (1923-1997) ¿qué sucede? Es el arte el que se sucede. Todo parece haber cambiado en ese lapso de tiempo, incluso el lugar capital del arte (de Europa se traslada a Estados Unidos). ¿Los dos artistas, sus obras, aceptan la guerra, las guerras que se suceden en el mundo en ese siglo que ocurre entre sus obras; afirman o niegan la realidad; desean el cambio; la evolución, el progreso; se sienten parte de un destino? El impresionismo es la mayor revolución artística que ha habido nunca. El arte pop es la enésima revolución artística del siglo XX, una revolución que quiz

DE LO GENERAL A LO PARTICULAR

  Nuestro destino es extrapolar, no tenemos elección, nuestros propios pensamientos y sensaciones, intercambiables, nos cercan aunque permitiéndonos sacar conclusiones, generalizar, a partir de la pequeñez de nuestro terreno cercado. Es la manera que se nos proporciona de relacionarnos con el medio en que vivimos, el que nos da la vida, y con el mundo, la transformación del medio en algo humano, que exige la convivencia con los otros. Nuestro estar en el mundo nos proporciona la posibilidad, también inevitable aunque soslayable, de realizar el camino inverso, de partir de lo general para acercarnos a lo particular. Es una forma de corregir la prepotencia que nuestro cercado íntimo parece promover. Así, de entre un grupo humano somos capaces de fijarnos, voluntaria o involuntariamente, en un individuo, ya sea por una pulsión erótica, de empatía o de inclinación indomeñable basada en circunstancias que desconocemos y que abrirá el dominio de la relación en nuestras vi

CINCO SIGLOS DE DIFERENCIA

Una feria de arte, además de proporcionar la experiencia de estar rodeado por maravillas de todos tiempos y lugares, puede llegar a proporcionar experiencias casi ultraterrenas por la unión, precisamente, de tiempos, lugares, formas y demás conceptos humanos, titubeantes y plenos. Traigo hasta aquí parejas posibles de obras que representan algo o mucho más de lo que las desconocidas manos del artesano/artista entresacó de la piedra. Están emparejada s por mí debido a que las sentí llamarse unas a otras según una ordenada locura propia que parece no tener límites. De esa forma he visto al ídolo nigeriano acompañar, de forma misteriosa y transcurridos cinco siglos africanos, a la figura del siglo III de la china dinastía Han. Y he sentido cómo la feminidad y la espiritualidad bien terrenal unen a la venus contemporánea de la figura china con el ganesha contemporáneo del ídolo africano. Lo remoto se hace cercano en un juego que parece pender de los hilos de

LO VIEJO Y LO NUEVO

En la Inglaterra actual conviven o se enfrentan lo conservado de la tradición y lo más rabiosamente contemporáneo. Quizá ese aspecto de la realidad sea un buen símbolo de nuestro complejo presente, de nuestra ignorancia y conocimiento actuales, de la falta de un horizonte hacia el que dirigirse o del anhelo del mismo. (Imágenes tomadas los pasados días en Nottingham, Londres y Canterbury)

COMO SI SUCEDIERA HOY

  Hoy quiero contar una historia Que no sea sombría Que no sea alegre Que no tenga suspense Es la vida bullendo Es la vida aburrida Es el amor decadente Es el primer amor Sin esa historia El mundo camina La evolución no se detiene La generación y la podredumbre continúan amándose Y los sucesos solo saben sucederse Y las cosas solo saben estar Y los tiempos favorecen los encuentros Y las muertes se perfilan en su final La estoy contando Sin palabras que la digan La estoy sintiendo Hoy aparenta ocurrir

A VUELTAS CON EL CAMBIO

Ya nadie puede negar el cambio climático en la medida que sea. Bueno, algunos lo niegan porque todo es opinable, hasta la propia existencia de uno mismo, aunque esos mismos denegadores no comprendan lo que digo. Nuestro mundo, el humano, es decir, lo que los humanos vemos del mundo y en lo que lo convertimos, es un continuo cambio. Pero aquel cambio, el climático, tiene una connotación negativa, de destrucción de nuestro hábitat y de nosotros mismos, a la que muchos desean poner freno, evidentemente. Pero al cambio no lo frena nadie, ni dios, ni diablo ni humano heroico, aunque este último sí podría ser capaz de encauzarlo hacia la construcción en lugar de que continúe su aparente tendencia hacia la destrucción. Se puede reciclar, se puede bajar el consumo de combustibles fósiles, se puede mejorar el gasto en alimentación, se puede controlar la cantidad de basura, todo se puede si se quiere y se organiza, pero quizá haya que ir un poco más allá con el fin

ARTE Y CINE, HERMANOS

He vuelto a ver una película que fue una de mis favoritas, Rocco y sus hermanos (1960). Los favoritismos no tienen mucha explicación aunque puedan tener fundamento. Es una película que se suele incluir en el movimiento neorrealista italiano dada su temática en torno a la migración a Milán de una familia del sur de Italia, pero me da la impresión de que su realidad niega tal adscripción. Creo que lo que más destaca en ella, aun sobre lo que narra, es una estilización muy del gusto de su director, Luchino Visconti. Hay un barroquismo en su puesta en escena y una belleza en las sucesivas tomas que creo la alejan de su apariencia neorrealista y la acercan a lo que será el cine posterior de su director. Buen emblema de lo que apunto es la belleza encarnada de algunos personajes, como los que interpretan Claudia Cardinale y Alain Delon; precisamente una belleza que formaría parte de la suntuosidad decadente de El Gatopardo, una de las obras cumbres del gran cineasta i

¿ME ESPERABA?

En la víspera de visitar el Taj Mahal (hoy justo hace un año) la suave presencia en Agra del coloso en la lejanía se imponía con su potencia icónica a los pasos que recorrían la ciudad con una curiosidad muy bien adaptada a la anarquía del lugar. Y aparecieron el antiguo fuerte, el río Yamuna, el más sagrado tras el Ganges, que venía muerto de Delhi y lo ocultaba con su bella grisura, el casco antiguo, expresión de un terremoto permanente de vida y miseria, y el “pequeño Taj”, de nuevo junto al río, rutilante, exquisito, como varado en una permanencia ancestral subrayada por los búfalos pastoreados en pleno centro de la ciudad. Toda una vida en vísperas, todo un juego vital y mortal al que asistí como espectador y participante, todo un privilegio que se desarrolló en unas pocas horas, con unas luces cambiantes que parecían existir para iluminar aquello a lo que accedí como si pudiera comprender el mundo, sin digerirlo, concentrado en un pe

ALTURAS

El mundo está lleno de lugares señalados en altura por las culturas humanas. Son claramente lugares del anhelo en todas sus facetas. La dominación planea sobre ellos, la pretendida dominación del territorio por parte de los humanos y esa inclinación a acercarse al cielo que se cimenta en la curiosidad, lo que parece ser una de nuestras principales características. Muchos de esos lugares fueron defensivos o/y sagrados. Sus construcciones valoran la altura que existía a ntes de ellas y la subrayan con su presencia, como homenajeando lo natural o pretendiendo superarlo. A veces las alturas se inclinan ante otras más emergentes, y en otras ocasiones presumen de su preeminencia como si pudieran ser imbatibles. Hoy se han transformado en lugares de culto del turismo ciego, esa actividad que nada aprende del pasado y nada siembra para el futuro. Se están convirtiendo en sepulcros blanqueados, en corales muertos que recuerdan la belleza vital que poseyeron y ofrecieron sin