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Mostrando entradas de mayo, 2016

APRENDER VIAJANDO

Tras mucho desconocimiento, umbral necesario del conocimiento, tras no pocas búsquedas y algunos encuentros, aparece en la vida de uno, si es capaz de mantener vivo el deseo y si no considera la vida un coto cerrado sino un lugar en construcción permanente, algo así como una cabaña a la que siempre se añaden nuevas habitaciones, sótanos o incluso pisos que, a su vez se encuentran en permanente reforma. Aparece, decía, tras todo eso que es una vida que acepta la muerte como reverso necesario y deseado, la posibilidad de encontrarse con el conocimiento en plena actividad cotidiana, en plena lucha y descanso, en plena apertura y cierre de lo que uno quiere, puede y acepta. Viajar es un motor de mi vida. Lo fue cuando no viajaba debido al deseo de hacerlo. Lo fue cuando comencé a viajar y comprendí que el deseo nunca terminaba su realización. Lo es cada vez que pienso en un viaje, cada vez que no puedo realizarlo, cada vez que puedo realizarlo, cada vez que lo preparo, cada vez

EL ARTE ENFRENTA EL HORROR

Hace siglos que se plantea si lo terrible, el dolor, el sufrimiento, la tristeza, el terror y cualquier otro hecho o sensación de entre los que se suelen considerar como negativos es representable plásticamente o, mejor dicho, si debe ser representado o si la visión directa de lo sangriento y lo éticamente deplorable debería ser evitada, al menos en lo que al arte ocupa. Y hace siglos que, en Occidente, se optó por hacerlo y aceptarlo gracias, sobre todo, al pretendido realismo de algunos artistas y a un enfoque morboso de la religión por parte de la iglesia católica. Basta pensar en algunas obras maestras del siglo XVII, como La Muerte de la Virgen, de Caravaggio, o el Martirio de San Bartolomé, de Ribera, por solo citar dos ejemplos señeros, aunque no quiero dejar de añadir a Saturno devorando a sus hijos, de un Goya que empieza a superar la posible dicotomía entre horror y esperanza. El cine, el arte más reciente de representación y recreación de lo humano, se ha movid

TRASCENDENCIA SIN FE

Hoy me apetece ponerme hiperbólico. No es un simple capricho, está justificado por el hecho de que voy a escribir sobre una de mis pasiones, y me atrevo a hacerlo porque la considero extrapolable al resto de humanos conscientes y sensibles que andamos por el mundo… Tenemos la suerte de poder gozar de una casi infinita, en relación con nuestras posibilidades, serie de obras musicales cuya exquisitez, capacidad de sugerencia y evocación son inigualables. Y luego está Parsifal. El mundo de la ópera nos lleva ofreciendo grandes y pequeñas historias musicadas desde hace más de trescientos años, llenando nuestras vidas de posibilidades soñadas y de realidades armónicas que favorecen nuestra existencia. Y luego está Parsifal. Las obras musicales religiosas procedentes de distintos ámbitos y creencias nos abruman con su calidad y sugestión, que es igualmente válida para creyentes de cualquier religión y para no creyentes, desde la Edad Media hasta hoy mismo. Y luego está Parsi