Atravesar el Báltico, en concreto el golfo de Finlandia, da sentido a todo un viaje que se desarrolla en sus orillas. Sus aguas oscuras, que parecen espesarse bajo los colores añil y gris profundo que las caracterizan, son el trasfondo del sueño soñado por las ciudades de las orillas marineras que utilizan las aguas para su supervivencia y continuidad vital. Hay complejos puertos tanto en Tallin como en Helsinki o San Petersburgo que no cesan en su actividad, como aparatos digestivos de las ciudades que los acogen y a los que se asoman. Son una ciudad de origen medieval y dos ciudades desarrolladas en el siglo XVIII que, desde hace numerosas décadas, se miran e intercambian personas y productos formando un triángulo humano y marinero cargado de historias de enfrentamientos y complementaciones que se respiran en cada una de ellas. Todo ese cúmulo de agua e historia es el trasfondo de los hitos del viaje. Se trasluce en los mercados donde, para sorpresa del viajero, se ...