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Mostrando entradas de enero, 2015

FOTOGRAFÍA Y CINE

     Hay películas fascinantes, aburridas, trepidantes, tranquilas, poéticas, extraordinarias, abrumadoras, predecibles, relajantes, excitantes, prominentes, oscuras e incluso indigeribles. Y las hay que mezclan varias de esas sensaciones afectando normalmente nuestras capacidades críticas y sensibles de una forma muy positiva.      Hace un tiempo vi una película que siempre que hablo de ella estoy tentado de definirla como fascinante, pero cuando lo digo me corrijo porque sé que no es el adjetivo adecuado. En cambio, sí puedo decir que me produjo unas sensaciones que no suele ser muy común que yo pueda aplicar a ninguna película: todo en ella me gustó; me gustó cada fotograma, cada frase, cada escena, cada insinuación, cada música que sonaba, cada personaje, cada mirada, cada sorpresa, cada rostro, cada paisaje, cada segundo sublimado de tiempo… Y me gustó eso que arropa cada película y le da buena parte de su sentido una vez que se pone a transferir a imágenes

LO QUE HAY O EL CAOS

El orden es uno de los azarosos estados del caos. Los defensores de Loquehay pretenden plantear una disyuntiva para la que no existe elección: nosotros o el caos. Según ellos el caos es inelegible, nadie podría desearlo, y tienen razón puesto que el caos de Loquehay es imposible que nadie pueda desearlo o defenderlo salvo quienes sacan un partido económico directo o indirecto de sus prácticas. El caos que los defensores de Loquehay plantean como no alternativa a sus prácticas, que ellos afirman gratuitamente estar apartadas del caos, es lo único que quienes no sacamos un partido económico directo o indirecto de Loquehay (al menos las tres cuartas partes de la población) podemos elegir. Y esto es así porque, en primer lugar, nosotros planteamos que entre nuestros objetivos vitales individuales y colectivos no se encuentra en primera posición la mayor ganancia económica posible a cualquier precio (nunca mejor dicha esta referencia al precio) y, en segundo lugar que pasa a se

PEQUEÑECES

Limpiar la propia expresión de tanto hueco que quiere dejarla vacía es una de las tareas más severas y estimulantes de quienes deseamos comunicarnos con la palabra. *** *** El ojo no olvida. *** Desde que la utopía, con su engañosa esperanza, no nos espera tras el horizonte, nos hemos convertido en hijos póstumos. Sabemos que nunca veremos colmada la ilusión de conocer a quien nos engendró. *** Una sola caricia contiene en sí todo el deseo y la oferta generosa que el humano ha acumulado en su diversificada y dilatada historia de migraciones, destrucciones, ilusiones y creaciones. *** El miedo es el rastro de ceniza que deja el anhelo de vivir. *** Hay sueños irrealizables que nacen para hacerse realidad. Otros quedarán del lado de la muerte.

EL NÚMERO Y SUS DESVARÍOS

El número nos define. Hace tiempo se puso fecha, la del número correspondiente a este año, para reducir la pobreza y sus avatares en el mundo. Pero los números, tan falsamente exactos, no cuadran con los objetivos propuestos. Y aún con ese descuadre se habla de avances. Según los dictados de los números los grandes países de Asia han conseguido, con su crecimiento económico selectivo, que los números globales parezcan más amables, menos pobres. ¿Podemos creer que no continúa existiendo un inmenso número de pobres entre sus propios habitantes? Los números son capaces de dar a conocer que hay demasiados pobres en Africa, pero pretenden decir que no hay demasiados en América. Y en el mundo desarrollado hay un número indeterminado de ellos, pero los números no son capaces de incluirlos. Quien haya tenido la oportunidad de recorrer un poco el mundo con los ojos mínimamente abiertos ha podido constatar que la pobreza es la auténtica reina de nuestro pequeño universo, que la global

UN POCO DE HUMOR PARA EMPEZAR EL AÑO

METEDURA DE PATA TIEMPO INTOXICADO EL PRESENTE NO ESTÁ MUY CLARO  CACAHUETE EN JAPÓN TARRO DE CONCENTRACIÓN  NO QUIERO SER TORTILLA FEA Y CORNUDA VISIÓN DESDE EL INFIERNO  VIVALDISFRAZADO