Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de abril, 2015

PRESENTACIÓN DE "LOS DIOSES EN PARÍS"

En los próximos días se presenta, en Barcelona y Madrid, mi libro de relatos Los Dioses en París, de próxima publicación por Ediciones Oblicuas. Es una ocasión muy especial para mí que quiero compartir con quien pueda y desee acercarse a cualquiera de los dos actos. En ellos tendré el placer de compartir con los lectores, quienes dan sentido a la actividad del escritor, lo que me ha llevado a imaginar las andanzas de unos personajes muy variados por los barrios de París. Diferentes aventuras de amor y muerte, comedia, drama, algo de fantasía, que se entrelazan, pareciera que al azar, por las calles de la ciudad. Los antiguos dioses semejan vigilar, sin intervenir, las acciones de los humanos… Nosotros continuamos intentando dar sentido a las acciones que realizamos, como si pudiéramos ordenar nuestros pensamientos y sensaciones. Amigos, estáis todos invitados y, en su momento, anunciaré aquí cuando se produzca la publicación efectiva del libro.

LA LUZ, LA LIBERTAD

"Las apariencias engañan". Una frase breve y certera con la que nos encontramos a menudo, sea como aviso de alguien cercano malévolo o bienintencionado, sea como afirmación propia que previene contra tanta mentira, paradójica herejía de la convivencia y fundamento del vivir juntos, o contra la deseada confianza tantas veces inaplicable.  Pero vayamos hacia la luz, hacia la iluminación de la mente propia y ajena, incluso de la mente que tenemos en común con otros. Acerquémonos al arte.  El arte vive de la apariencia, ofrece apariencias que se viven como realidades de una dimensión inalcanzable aunque palpable. El arte es un glorioso engaño. Unos minerales o vegetales, incluso unas apariencias coloreadas de luz, conforman un mundo, unos mundos, que pueden ser incluso más cercanos que el aire que nos alimenta y no vemos o que la compañía de seres queridos que nos da la vida. El engaño que las apariencias del arte proporcionan está más cerca de la sinceridad de lo que p

COSAS QUE CREO SÉ HACER CUANDO VIAJO

(Respondiendo a la amable invitación del amigo Blas (Viajero Insatisfecho) , sigo la cadena sobre “cosas que sé hacer cuando viajo” e invito a todo el que quiera a que la continúe) Viajar lo es todo para mí. Una frase manida y que expresa muy bien lo que significa viajar para este trashumante. Ese ponerse en camino que siempre, en principio, tiene vuelta, significa para mí lo mejor de la vida. Lo es cuando no puedo viajar y deseo hacerlo, y lo es cuando lo hago y disfruto preparándolo y realizándolo. El viajar es la excepción en una vida como la mía que no se dedica a ello permanentemente, pero quizá devuelva la posibilidad de que sea al contrario: la excepción es la vida sedentaria y la auténtica vida, por profunda y deseada, es la del viaje, aunque su duración sea menor. Es como la vida de un escritor, puede que no esté escribiendo siempre, que dedique unas horas al acto efectivo de escribir, pero siempre es un escritor, en cada momento vital, cotidiano, extraordinario

EL POZO

Me apetece tanto complicarme la vida como vivirla sencillamente. Creo que son dos caras de la misma moneda, o del mismo crustáceo por cambiar de metáfora, por hacerla más orgánica y menos socioeconómica. Y este cambio de metáfora apunta a esa complicación vital de mi deseo a la vez que la une a la sencillez de la observación de lo que le queda a uno a mano. ¿Cómo no preguntarse por el sentido, si lo tuviere, de la existencia? ¿Cómo no disfrutar de los pequeños cambios cotidianos en lo que a uno le rodea o, incluso, de sus repeticiones, ejemplo de lo consuetudinario y proposición del alejamiento de lo banal y repetido? ¿Cómo no estar enfangado en la más pura rutina y dejarse sorprender por lo que de extraordinario tiene una asociación de ideas, un deseo que explota, una inquietud que no tiene nada de unánime, una salida de tono íntima e indiscutible? *** Junto a un pozo sin fondo lleno de agua se produce el consuelo, frente al vértigo infinito que produce la propia expresió

CUERPOS

Alma a quien todo un dios prisión ha sido, venas que humor a tanto fuego han dado, medulas que han gloriosamente ardido, su cuerpo dejará, no su cuidado; serán ceniza, mas tendrá sentido; polvo serán, mas polvo enamorado. Francisco de Quevedo Amor constante más allá de la muerte A solas con nosotros mismos, sin compañía, sin reflejos en los que poder mirarnos, podemos mirar nuestras manos, los pies, contemplar nuestro vientre con ese redondo origen de la vida que es el ombligo, el sexo, las piernas que nos sostienen. En cambio, poseemos la incapacidad de mirar, de ver, nuestra posterioridad, el dorso de lo que somos, aquello que mostramos a quien abandonamos y a los lugares de los que nos alejamos. Y además, en lo que se refiere a nuestras facultades, hay algo que tiene una importancia fundamental que permanece oculto a nuestras miradas. Es nuestro propio rostro lo que se nos oculta permanentemente, el rostro se hurta a nuestra visión, quizá para poder verl