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Mostrando entradas de febrero, 2015

TRIVIALIZACIÓN

  El otro día, gracias a un reportaje de televisión, me enteré de que se cultivan patatas en el desierto egipcio que se exportan al resto del mundo. Un kilo de esas patatas necesita quinientos litros de agua extraídos del subsuelo para su crecimiento. Un evidente desequilibrio que cualquiera condenaría, y más sabiendo que el agua utilizada, ese agua que es de todos y que se privatiza en forma de patata, es irrecuperable, no se renueva. De esa misma forma, sin ninguna previsión de futuro ni tope que racionalice sus acciones, la economía en general, en su enfoque actual, produce un desarrollo que solo revierte en sí misma y no en las personas que la utilizan y son utilizadas por ella. Hace muchos años, bastantes más de los que dura oficialmente la crisis que asola las posibilidades de que los humanos trabajemos y creemos juntos, puesta la mirada en el imposible horizonte de la justicia y la armonía; hace mucho tiempo que, quizá por falta de imaginación, se planteó e intensificó

NOBJETIVO

En Butronia el mar es dulce y los peces picantes, la fiesta es triste y los tigres narran pasiones, el trabajo se silencia y la política estorba con grandes aplausos de la población. Sus individuos se reúnen para aplaudir tres veces al día, tras la llamada del florero. Los días de fiesta el florero llama seis veces y todos juntos deben acudir una sola vez; si algún ciudadano se confunde es condenado a la pena capital: tirar de la manta. Un tigre vigila la pena mientras narra y Aurora duerme ojo avizor. Solo Aurora tiene nombre, el resto de sus habitantes son llamados por el apellido, que está formado por una letra b mayúscula seguida de un número de orden que nunca se repite desde que se fundó el país. El último butronio que acaba de nacer es el B375648012, es decir, desde que se fundó el país hay más de trescientos setenta y cinco millones de butronios, entre vivos y muertos. La población se mide de esa forma, siempre se incluye a los muertos en ella quienes, en consecuencia, man

UNA IMAGEN O MIL PALABRAS

                                       La incipiente niebla acallaba la inquietud de quien, corazón en mano, se había asomado a la terraza del artefacto que cobijaba un museo que ningún visitante parecía asumir, que él mismo solo era capaz de rozar como si fuera cuerpo palpable y querido, deseo siempre insatisfecho de amor que no llega.           A la derecha, el rojo del puente le susurraba que su corazón mantenía la posibilidad de ser un depósito de querencias por llenar. Y se preguntaba con inquietud cuándo terminaría esa sensación que producía dolor y hacía que la belleza se ausentara de su vida. Había emprendido este viaje con ella, con la inquietud atenazante de hablar con Lucía, de proponerle ser lo que ella soñaba acompañada por él, por el hombre del corazón en la mano que perseguía, solitario, la belleza tan anhelada y nunca aferrada.           Tenía que elegir entre ser como el muro fundente del edificio que ahora lo acogía y no le permitía respira

EL NARRADOR

  En un cuento, en una novela, en una película, siempre existe la voz explícita o implícita de un personaje evidente aunque esté camuflado, aunque no se le vea, aunque no se le sienta, aunque quiera desaparecer o ser un dios, aunque pueda ser considerado incluso un no-personaje; es la voz clara o inaudible del narrador. Su evidencia lleva tras de sí una larga historia de tentativas y propuestas, de apertura y compenetración con el mundo, de atisbos del futuro y de comprensión del pasado, de creatividad oral y escrita; una facultad ésta, la invención, la creatividad, que se convirtió en inherente a nuestro caminar desde que se iniciaron sus primeros pasos. En su origen el narrador fue quien mejor mentía en el grupo, quien sabía adornar el lugar donde había visto la presa a cazar con detalles que anunciaban el sitio en que se encontraba, como las abejas respecto de las flores, pero con el añadido de que esos detalles eran capaces, gracias a su forma de comunicarlos, de despe