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Mostrando entradas de febrero, 2024

EL LIBRO DE LAS EMOCIONES (34)

    TRIGÉSIMO TERCERA EMOCIÓN                                                   EL JARDÍN PROHIBIDO EN EL COLEGIO     Las hojas de la morera no tenían gusanos. La morera estaba prohibida. Los gusanos necesitaban sus hojas. Los niños se las ingeniaban, los gusanos no. Los vigilantes siempre vigilaban. Los niños lo conseguían. Los vigilantes lo sabían. La morera parecía querer asomarse a nuestro mundo. Parecía huir con sus ramas del encierro. Durante unos años siempre me fijaba en la morera, En mi casa no había plantas. Cuando iba a cruzar el campo de fútbol que yo no frecuentaba para jugar a las canicas. Cuando iba a hacer pis a los baños que, elevados, se situaban detrás de una de las porterías del gran campo de fútbol, con su arena parda. Cuando charlaba con mis amigos en “los setos”.     Los setos, enrejados, eran el símbolo de la palabra, de los secretos contados en voz baja, de los cotilleos masculinos. Los setos eran lo prohibido y lo anhelado. Eran setos sexuales tras las rejas d

EL LIBRO DE LAS EMOCIONES (33)

                                                         TRIGÉSIMO SEGUNDA EMOCIÓN    Un libro, un niño. El regalo de una persona, una mujer, que me quería de una forma que quizá, de alguna manera que ni yo mismo comprendo, he conseguido agradecerle sin poderle explicar el bien que me hizo a lo largo de mi infancia. Con ella supe, aunque no supe que lo sabía hasta mucho tiempo después, lo que era el cariño desinteresado, natural y sin exigencias.     Un niño, un libro.     Cumplía yo siete años de vida y apareció aquel libro. El libro de las maravillas. Todavía hoy continúo realizando en mi vida las maravillas y el anhelo que aquel libro sembró en mí. Es posible, incluso, que una parte de mi curiosidad “connatural” naciera leyendo aquellas páginas y viendo aquellas fotografías. Maravillas de este mundo (yo aún creía que había más mundos, mundos otros en los que dejé de creer después para volver a hacerlo, de otra manera, mucho después). Maravillas humanas y naturales, antiguas y moder

EL LIBRO DE LAS EMOCIONES (32)

     TRIGÉSIMO PRIMERA EMOCIÓN No me importa parecerme a ti, incluso me proporciona cierto placer, pero sí me importa, o me molesta, contar las cosas, mis cosas, como tú, porque no se corresponde con mi no vida, la que tuve y la que tengo a pesar de ti. Te acordarás de mi adolescencia y de nuestros enfrentamientos… Pero eso llegará más tarde.     Cuando comencé a ser consciente, con siete u ocho años, de la forma del pequeño mundo de mi colegio, con sus normas suaves, con los compañeros, tan agresivos como tan dulces, su cotidianidad infinita y la compleja cuadrícula de lo que iba aprendiendo, fue el momento en que me di cuenta de tu existencia como hombre. Ya te conocía como padre, claro, pero empecé a vivirte como lo que eras, eres, un hombre con unas circunstancias y unas características concretas que yo no juzgaba, por supuesto, que incluso me gustaban y con las que me identificaba. ¿Recuerdas nuestros juegos? Esos que inventabas para mí: pequeñas fiestas en las que el mundo tal y

EL LIBRO DE LAS EMOCIONES (31)

    TRIGÉSIMA EMOCIÓN   El asesinato ya no existe, los que no envejecemos no lo necesitamos ni deseamos. Creo que ni la guerra extiende su sombra ya en ninguna parte del mundo, aunque no sé nada de lo que sucede más allá del mar o del límite de cada continente, ni si quiera de lo que sucede más allá de las montañas que estoy viendo ahora mismo, allá lejos, como si cerraran el final de la carretera que recorro. También, y junto a todo ello, la curiosidad ha perdido su empuje. Puede que en otros lugares, aunque lo dude, no sea lo que ha quedado de la vida como lo que yo conozco aquí, aunque no me ocupa ni preocupa en exceso saberlo. Quizá descubra en algún momento que todo es diferente en otros lugares, aunque mi intuición y lo que deduzco de las últimas noticias que conocí, me llevan a intuir que la vida que queda en el mundo es la vida que llevo y que observo a mi alrededor.     Nadie juzga porque los tribunales, como las gasolineras o los crematorios, han perdido sus empleados, sus es