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Mostrando entradas de julio, 2018

¿LUZ NATURAL?

  Una de las particularidades de la especie humana es la pretensión de convertir la luz en iluminación. La oscuridad, de la que huimos, enmarca, gracias a nuestros manejos, unas ansias iluminadas de aquilatar los efluvios del sol que nos conducen por caminos simbólicos con pretensiones de practicidad que abren posibilidades infinitas de estar a cubierto. El deseo, nuestro deseo, queda enmarcado así en una maraña de rayos de color que aparentan ser capaces de reinventar la vida y de negar la muerte, una vocación que parece destino irrenunciable, como si hubiéramos sido elegidos por la estrella que nos ilumina para darle un sentido a sus llamaradas ciegas.

REGALO

Un día uno sube al monte para escapar de la canícula que la llanura y la ciudad deparan en el inicio del verano. Esa es la expectativa. La naturaleza montañosa, tras una primavera húmeda como ninguna, le depara al excursionista bien acompañado sorpresa tras sorpresa. Puede ocurrir que uno no pueda evitar ser el postromántico que su tiempo y sus lecturas hacen que quizá sea pero, sea como sea y provenga de donde provenga, las flores que encuentra en su deambular, sus ca suales variedades, formas, tamaños y colores, se le aparecen como regalos que la naturaleza irracionalmente cambiante parece proveer para dar sentido a la posibilidad de la belleza y henchir de vida el transcurrir de la propia vida, el azaroso estar en ella y con ella. Las veo y selecciono, tocando algunas y observando otras, como madres, hermanas, hijas, parejas y destinos inciertos que me son revelados, a mí como a cualquiera, para que cada pensamiento y sentimiento tenga cabida antes del na