Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de octubre, 2015

PREGUNTAS

Tarik tenía ocho años cuando empezó a hacerse preguntas. No se preguntaba por qué se hacía preguntas. Se las hacía continuamente. Había nacido en la misma casa de la Ciudad Roja en la que vivía, en Derb Smara Kandil. Desde allí no le quedaba lejos el colegio ni tenía que andar por los estrechos callejones que tantos de sus compañeros recorrían a diario, aunque le gustaba hacerlo. Algunos días, en lugar de salir desde su callejuela a Sid Abd El Aziz, que le llevaba directamente a la escuela, se metía por los callejones que dando vueltas y revueltas terminaban por asomarse a la plaza en la que se encontraba su colegio. Tarik se preguntaba por qué por las tardes, cuando volvía del colegio y salía a la calle, siempre que se cruzaba con un extranjero en las calles del zoco le ofrecía llevarle a algún sitio interesante para él por unos dírhams, y si no le hacía caso le pedía algo de dinero. No podía evitarlo, se preguntaba por qué actuaba así, igual que sabía que hacían sus ami

CALLEJAS

  Todos sabemos que la Historia cuenta lo que se suele considerar grandes hechos o acciones políticas, económicas y culturales del pasado. Y todos sabemos también que, junto a aquéllos, se encuentra la historia de cada humano que contribuyó a, o sufrió y disfrutó, los mismos acontecimientos sin dejar de desarrollar su propia historia particular, la de su pequeña sociedad y la del lugar en que residía o abandonaba por unas causas u otras. En los estrechos callejones que he recorrido por las ciudades y pueblos del sur de Marruecos uno se encuentra con la historia que no se suele describir, con la pequeña gran historia de las gentes que viven y mueren gozando y sufriendo la corta o larga vida que cada uno encuentra o que le es dado mantener. Esos pequeños corredores vitales que, incluso cuando no tienen salida, siempre conducen a algún fragmento de vida, son trozos de luz que protegen de las inclemencias del sol y de los avatares negativos de la misma vida. Amarlos se hace ca

CAMINO DEL FIN DEL MUNDO

Camino del desierto marroquí, desde Marrakech, uno espera encontrar cómo el paisaje se va volviendo más seco, más inhabitable, menos verde, más duro. Pero viajar consiste en asumir sorpresas constantes y, una vez más, ese camino no es lo que uno espera aunque sí algo que quizá hubiera deseado. La tremenda presencia de los cercanos montes del Atlas alimentan caudalosos ríos que dan vida a múltiples valles y poblaciones llenos de bullicio y actividad humana que, desde hace milenios, han convertido aquella región en un lugar que transforma la dureza en vida. El camino hacia lo que uno pensaba que sería la nada es un todo atractivo, único, pleno e inolvidable.