Todos
sabemos que la Historia cuenta lo que se suele considerar grandes hechos o
acciones políticas, económicas y culturales del pasado. Y todos sabemos también
que, junto a aquéllos, se encuentra la historia de cada humano que contribuyó
a, o sufrió y disfrutó, los mismos acontecimientos sin dejar de desarrollar su
propia historia particular, la de su pequeña sociedad y la del lugar en que
residía o abandonaba por unas causas u otras.
En
los estrechos callejones que he recorrido por las ciudades y pueblos del sur de
Marruecos uno se encuentra con la historia que no se suele describir, con la
pequeña gran historia de las gentes que viven y mueren gozando y sufriendo la
corta o larga vida que cada uno encuentra o que le es dado mantener. Esos
pequeños corredores vitales que, incluso cuando no tienen salida, siempre
conducen a algún fragmento de vida, son trozos de luz que protegen de las
inclemencias del sol y de los avatares negativos de la misma vida. Amarlos se hace
casi necesario, recorrerlos es perderse y es ganar el asomarse a la intimidad
de una vida auténtica y palpable representada en las múltiples puertas y en la
escasez de ventanas, metáfora de la tan complicada como sencilla vida de los
humanos.
Aquí
abajo dejo algunos ejemplos, quizá demasiados aunque aún sean pocos respecto a
los que pude encontrar en mi viaje, de los múltiples callejones vitales que
encontré en mi camino.
Parece como si el tiempo se hubiera detenido en esas callejas,
ResponderEliminarla luz, el color, el cálido aspecto de la arcilla,
hasta los borricos tienen un encanto especial.
Creo que en alguna ocasión te comenté que me gustan mucho tus fotos, porque tienen algo, además de mostrar lo que se percibe por los ojos, tienen alma, ese don de hacernos imaginar que caminamos por esos lugares que fotografías, gracias Trans.
Por esto, amigo 'tras....'. Por esto, precisamente, 'paso tanto de las piedras'. Por un momento he pensado que te habías imbuido de mis particulares ideas.Pero no, no. Ha debido de ser un lapsus pasajero.
ResponderEliminarUn abrazo, 'tras......'.
Hay lugares que encierran la esencia de lo que fue. Y al pasar nos hacen revivir y plantearnos como sería la vida en una burbuja en la que esa fórmula reinará sin igual.
ResponderEliminarHay lugares que nos hacen ver las cosas desde una perspectiva diferente ....
Nos hacen reflexionar
Y eso nunca está mal.
Mi abraz❇
Estrella, me alegra mucho lo que comentas porque para mí la fotografía es algo muy especial, que me gusta compartir y que pretende ser algo más que un mero testimonio.
ResponderEliminarGracias y saludos.
Ya sabes, Blas, que yo creo que es compatible el disfrute de las piedras y de otras cosas que te ofrece el viaje. Además, cada lugar tiene sus particulares ofertas y sorpresas. Está bien coincidir, a veces.
ResponderEliminarGracias y saludos.
Sí, Arhenea, cambia el lugar y parece cambiar el tiempo cuando te mueves. Creo que es importante apreciar otras perspectivas.
ResponderEliminarGracias y saludos.
Esas callejas maduras y sensitivas son un regalo de tu mano. Cada una de ellas podria ser un poema. Tu disfrute al recorrerlas lo hago ahora mio.
ResponderEliminarGracias alfonso y un saludo
Aurora, qué bin las calificas como "maduras y sensitivas". Y es verdad que la poesía nda entre sus recovecos. Me encanta compartir disfrute contigo.
ResponderEliminarGracias y saludos.
Bien pareciera que estamos en un Old Delhi coloreado! Alli tambien las callejas, callejones e impasses son refugio de vida y de comercio.
ResponderEliminarA veces me entristece no poder captar todos esos retazos de civilizaciones extenuadas que me es dado recorrer, sus mujeres, sus ninos, sus viejos hukka en mano esperando un mejor despertar liberador de las angustias terrenales.
Bueno, te tenemos a ti y vemos por tus ojos.
Saludos
Gracias, Igoa, por ponerte mis ojos y no olvidar los tuyos, por rememorar aquí ese Old Delhi que es seguramente tan fascinante como la medina de Marrakech y pueblos cercanos.
ResponderEliminarGracias de nuevo y saludos.