SEPTUAGÉSIMO CUARTA EMOCIÓN Te voy a leer algo que escribí mucho después de lo que te estoy contando, mi querido no padre: Hay una estrella en el centro de mi cuerpo, muy dentro, invisible, fugaz. Me guía por rutas que desconozco, que no busco, para las que no estoy preparado y que recorro como si me estuvieran reservadas solo a mí. En esos caminos me cruzo con otros que sé que también poseen su estrella, pero a quienes no puedo saludar ni tocar. Ellos me miran, como yo a ellos, con perplejidad y el contento de saber que los c...