SEPTUAGÉSIMO OCTAVA EMOCIÓN La vida es el producto de lo que hago y lo que sucede, es lo que sucede mientras hago y lo que hago mientras sucede, lo que creo hacer y lo que pienso que sucede. Hoy todo parece suceder y el hacer se ha convertido en caminar. Quizá la vida ya no sea nuestra, precisamente ahora que es infinita, o inabarcable, o puede que sea más abarcable por infinita que antes, cuando la muerte, su silencio y el nuestro, se imponía intensificando la vida. Tu hacer, Raúl, es un suceso en mi vida que parece provocado por mí y cuya existencia evito sin conseguir mi propósito, si es que es cierto que lo deseo. Quizá me estás hablando a partir de lo que te cuento y creo que no sé entender tus palabras, o ni siquiera conozco la lengua en que te expresas. Tienes algo muy mío en ti que me robas y que yo no sé cómo recuperar. Estoy esforzándome por darte voz a través de mí, como si pudiera sembrar una pradera con la hierba que un día d...
SEPTUAGÉSIMO SÉPTIMA EMOCIÓN La escucha es la gran pregunta que me hago constantemente mientras te narro lo que sabes y desconoces de mi no vida. Yo desconozco si existe tu escucha. ¿Serás capaz de comunicarte conmigo de otra forma que la que estás empleando para que yo pueda atisbar si te llega algo de lo que te cuento? No espero que lo comprendas o lo compartas, solo desearía que fueras capaz de escucharlo, que fueras capaz de salir de tu relato y te llegaran los ecos de mí, ese gran negado que hoy estás afirmando como si tú fueras alguien que pudiera enderezar la vida, no la tuya, sino la de todos, una vida auténtica en la que sueñas y no sabes expulsar hacia el exterior, hacia todo aquello que te devuelve al hecho de que tu vida no es tan importante, ni tan justa, ni tan bien fundamentada como creías que era. Ay, no padre, no sé lo que me ocurre mientras te dirijo estas palabras imposibles para cualquiera que no te sepa. Me reconozco en mi debilidad de hi...