EPÍLOGO IX ORILLA / REVERBERACIÓN Justo alzo la mirada sobre la línea que me permite ver no hay belleza en el fondo del bosque hay vida que no se puede alcanzar Camino escondido sin quererlo Encuentro lo que no pretendo Se eleva lo que no quiere nombre Llegar a ser es imposible Nada me ha sido dado Que el juego no desee que termine Nadie se me ha acercado Sin que el anhelo lo deshaga En el bosque me dejo hacer La forma que alcanzo Nada tiene en común con mi querer
EPÍLOGO VIII No quiero que mi vida tenga un sentido, allá ella y sus circunstancias. Quiero profundizar en el sinsentido de la vida, quiero que mis semejantes puedan convivir en su sinsentido gracias a que la vida de todos, incluidos mis no semejantes, se respete y sea posible con las menores trabas mientras dura. Quiero construir porque mi especie lo ha hecho y encuentro belleza en ello, como en la vida solemne de las efímeras, el insecto cuya vida sin boca no exige alimentarse, que solo dura un día con el único fin aparente de reproducirse. ¿Y qué decir de la destrucción? Forma parte, ha formado y formará parte del todo de manera tan natural como la existencia de la muerte, ese necesario descanso en la escalera del cambio, de la que nadie sabemos ni sabremos nunca si su sentido es ascendente o descendente. Quiero y camino.