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EL LIBRO DE LAS EMCIONES (79)

      SEPTUAGÉSIMO OCTAVA EMOCIÓN   La vida es el producto de lo que hago y lo que sucede, es lo que sucede mientras hago y lo que hago mientras sucede, lo que creo hacer y lo que pienso que sucede.   Hoy todo parece suceder y el hacer se ha convertido en caminar. Quizá la vida ya no sea nuestra, precisamente ahora que es infinita, o inabarcable, o puede que sea más abarcable por infinita que antes, cuando la muerte, su silencio y el nuestro, se imponía intensificando la vida.   Tu hacer, Raúl, es un suceso en mi vida que parece provocado por mí y cuya existencia evito sin conseguir mi propósito, si es que es cierto que lo deseo.   Quizá me estás hablando a partir de lo que te cuento y creo que no sé entender tus palabras, o ni siquiera conozco la lengua en que te expresas. Tienes algo muy mío en ti que me robas y que yo no sé cómo recuperar. Estoy esforzándome por darte voz a través de mí, como si pudiera sembrar una pradera con la hierba que un día d...
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EL LIBRO DE LAS EMOCIONES (78)

    SEPTUAGÉSIMO SÉPTIMA EMOCIÓN   La escucha es la gran pregunta que me hago constantemente mientras te narro lo que sabes y desconoces de mi no vida. Yo desconozco si existe tu escucha. ¿Serás capaz de comunicarte conmigo de otra forma que la que estás empleando para que yo pueda atisbar si te llega algo de lo que te cuento? No espero que lo comprendas o lo compartas, solo desearía que fueras capaz de escucharlo, que fueras capaz de salir de tu relato y te llegaran los ecos de mí, ese gran negado que hoy estás afirmando como si tú fueras alguien que pudiera enderezar la vida, no la tuya, sino la de todos, una vida auténtica en la que sueñas y no sabes expulsar hacia el exterior, hacia todo aquello que te devuelve al hecho de que tu vida no es tan importante, ni tan justa, ni tan bien fundamentada como creías que era.   Ay, no padre, no sé lo que me ocurre mientras te dirijo estas palabras imposibles para cualquiera que no te sepa. Me reconozco en mi debilidad de hi...

EL LIBRO DE LAS EMOCIONES (77)

      SEPTUAGÉSIMO SEXTA EMOCIÓN   ¿Te acuerdas de Luis? Claro que lo recuerdas, por supuesto que te acuerdas de él y de nuestra amistad, la que tú negaste en aras de una vida mejor para mí. Me reiría si no hubieras llegado a hacerme tanto daño con tus decisiones, tus presiones sobre mí e, incluso, sobre mi mundo y mis sentimientos. ¿Te sorprende que te hable de alguien que no pudiste conocer, como a mí, y que sin embargo sé que conoces perfectamente (como mi caso)? No puedes responder porque sería demasiado noble hacerlo con sinceridad y demasiado imposible, puesto que yo, mi inexistencia, no te lo permito. Te estoy imponiendo mi realidad en una lucha que parte de ti y que se convierte en reflejo de lo que me hiciste sin haberme dado y haberte dado la oportunidad de hacerlo.   Desde mis no quince años la presencia de Luis en mi vida era fundamental, y por lo que él me ha contado, también la mía lo era para él. Aunque, claro, éramos amigos desde antes, desde que...

EL LIBRO DE LAS EMOCIONES (76)

    SEPTUAGÉSIMO QUINTA EMOCIÓN   Y necesito hablarte de los colores, del color, precisamente porque tú para mí siempre has estado alejado del color, aunque eso es algo que supe tras muchos años de no estar contigo, cuando no comenzó mi adolescencia.     El color me lleva no acompañando desde siempre, y sé que es así por mi situación de hijo no nacido. Quizá el no haber podido disfrutar de la oscuridad del útero me ha conducido hacia esa incidencia de las variaciones de la luz en mi vida. Aunque la situación en la que tú me has puesto sea tanto la de un ciego como la de un visionario, el color me ha seducido y conducido desde siempre y lo hará, evidentemente, hasta siempre.     Es posible que esa extraña relación con el brillo inaprehensible se deba a mi situación de no muerto. El color para ti, para los mortales, puede ser desde un accesorio hasta una necesidad irrenunciable. Para mí es el hilo conductor de la no vida, es el acompañante de estas palab...

EL LIBRO DE LAS EMOCIONES (75)

                                                                                                SEPTUAGÉSIMO CUARTA EMOCIÓN     Te voy a leer algo que escribí mucho después de lo que te estoy contando, mi querido no padre:     Hay una estrella en el centro de mi cuerpo, muy dentro, invisible, fugaz. Me guía por rutas que desconozco, que no busco, para las que no estoy preparado y que recorro como si me estuvieran reservadas solo a mí. En esos caminos me cruzo con otros que sé que también poseen su estrella, pero a quienes no puedo saludar ni tocar. Ellos me miran, como yo a ellos, con perplejidad y el contento de saber que los c...

EL LIBRO DE LAS EMOCIONES (74)

    SEPTUAGÉSIMO TERCERA EMOCIÓN Hay cosas, sensaciones, pensamientos, que sé y no puedo demostrar aunque puedan ser mostrados. Y eso, mi querido no-padre, he de reconocer que forma parte de las no enseñanzas que dejaste en mí. Una de ellas, una de las que más importancia le doy, es la cuestión, la realidad, de que la música y el amor tienen casi todo que ver la una con el otro; no es que tengan mucho en común, que también, sino que una y otro se dan a luz mutuamente, se llaman, se convocan y se disfrutan con una intensidad que les es propia y que no se parece a ninguna otra.     La música se vuelve aún más viva en su mundo paralelo cuando el amor está en lo más alto. El amor busca su refrendo en la música cuando crece de esa forma exponencial que solo él sabe provocar. Y se buscan mutuamente si se permite que la vida fluya, que nos utilice a nosotros y que sea trascendida, aunque no se pueda, por nosotros mismos. Su paralelismo es lejano e inevitable, y tan misterio...

EL LIBRO DE LAS EMOCIONES (73)

   SEPTUAGÉSIMO SEGUNDA EMOCIÓN Llegó el futuro y con él lo mejor y lo peor que se podía esperar.     Una caída de lo humano hasta extremos que no podemos concebir en su funcionalidad futura ni en su inminencia presente.     Un desarrollo, por tanto, de lo terrestre sin la violencia que ejercía lo humano sobre el planeta, aunque el testigo humano exista y asista a lo que hoy es auténtica libertad sin su participación.     ***************************************************************     NADA SE ADQUIERE     Ni     Los lóbulos de las orejas     La visión participativa     El hueco entre los dedos     La llamada que no se oye     La trascendencia inmanente     La gota que no termina de caer     Descolocar     Los verdes que nunca acaban de definirse cuando están juntos     Las acciones de las aves     El trinar de los ríos ...