SEXAGÉSIMO QUINTA EMOCIÓN Nuestras compañías actuales no borran ni anulan el yo, ese auténtico y disfrazado personaje que va con cada uno de nosotros, y que es alguien que puede llegar a ser molesto a pesar del amor que sentimos por él. Ese ser que es uno mismo sin llegar a serlo es como una novia o un novio a quien amamos más de lo que nunca podríamos haber imaginado, pero que exige estar siempre con nosotros, de día, de noche, cuando nos lavamos, cuando nos sentamos, cuando trabajamos, cuando estamos distraídos, cuando hacemos todas y cada una de las acciones de nuestra vida; y vamos a suponer que nuestro amor no disminuyera con esa presencia constante, pero seguro que terminaríamos hartos de la otra persona e incluso hartos de nuestro mismo amor si no perdiéramos de vista en ningún momento al ser amado. De similar manera, el yo, nuestro amor insoslayable, es algo o alguien que a veces cuesta llevar con uno aunque es posible que no queramos perderlo nunca como compañero....