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Mostrando entradas de octubre, 2024

EL LIBRO DE LAS EMOCIONES (64)

     SEXAGÉSIMO TERCERA EMOCIÓN Mirar hacia arriba es una de las ofertas insoslayables de este transitar por el nuevo mundo que es el viejo de una forma diferente, aunque no conduzca a nada, aunque recuerde que la nada es el destino, aunque solo nos lleve a reconocernos tan terrestres y soñadores como éramos y como, inevitablemente, seguimos siendo. Mirar de esa forma produce una experiencia que podría llamarse trascendente y que se compensa en lo real con pasos embarrados y tropezones que nos devuelven al necesario humor con el que se podría sobrellevar la vida, esta extraña vida, su injusticia como destino, y a enfrentar ese extraordinario y ridículo anhelo permanente, como abanico cerrado de palabras, sensaciones y pensamientos, que continúa caracterizando a nuestra especie, a lo que queda de ella.     El aire transparente o espeso parece recoger con agrado nuestra mirada anhelante, el brillo de sueño que posee, el recuerdo no nacido y el atrapado por la espesura de noches de insomn

EL LIBRO DE LAS EMOCIONES (63)

    SEXAGÉSIMO SEGUNDA EMOCIÓN ¿Qué es hoy la muerte? Ahora precisamente que parece no tener poder. Es una existencia que se mantiene viva, paradójicamente. Viva en nuestro estar, ya que nacimos mortales y así aprendimos a vivir, imbuidos de religiones, políticas y organizaciones sociales que contaban con ella, aunque parecieran olvidarla, o incluso pretendieran negarla reconvirtiéndola en transición o en memoria.     Casi todas las leyes que intentaban regirnos y ordenarnos eran llamadas a la muerte pretendiendo evitarla, incluso en los lugares donde la pena máxima seguía existiendo solo por la ilusión de preservar la vida de los que no estaban condenados a muerte, de los salvados gracias a la condena del otro, del señalado, del antisocial, del convocante de la realidad mortal.     Hoy la condena es la no muerte, una leve condena que nos impulsa a caminar, a escuchar a nuestra compañía, a apreciar la levedad de haber sido elegidos para la salvación sin poder elegirla.