La maravillosa inutilidad de las palabras que nos regalan los poetas está muy cerca de la bendita inutilidad del color que los artistas nos ofrecen. La música es capaz de recrear ese misterio del regalo y la inutilidad, de la palabra continuamente recordada con el fin de que el pensamiento vele, nunca duerma, a pesar del ejército de amables parásitos que domina el mundo. Solo la música, continuamente efímera, mostradora del tiempo, expresa, piensa y siente a la vez, en su continuo ofrecimiento, el misterio de esa misma e imposible trinidad a la que aspira la dualidad arte-vida. *** El espacio no existe en sí mismo. Es un atributo de sus límites. *** La verdad desnuda, si existiera, sería el epitafio de la vida en sociedad. *** Caminar en compañía de la soledad es el mayor misterio a que nos enfrentamos a diario. *** La alegría es un mar de dudas lleno de risas y rizado de certezas. No sé si es mejor ser barca o cetáceo, pero sé que es bueno in...