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INTERIOR EXTERIOR


 

(…)
Goza porque no estás aún bajo la tierra
(…)
¡Vamos al reino de la muerte / por el camino del amor!


De POEMA DEL OTOÑO. Rubén Darío


En las imágenes vemos la misma ventana desde dos puntos de vista. Y es la misma como si no lo fuera, dadas sus diferencias. Incluso las luces que son claramente interiores en una parecen exteriores en la otra.

La ventana a la que nos asomamos mientras vivimos es el reflejo de un interior que es metáfora del exterior, y el cristal que nos separa de la vida y nos une a ella es indestructible salvo en la muerte.

El nacimiento, la primera muerte, genera el cristal que se irá puliendo y ensombreciendo a lo largo del periodo entre las dos muertes, incluso generará sombras luminosas y dará acceso a luces sombrías.

Podemos movernos con más o menos acierto a un lado u otro del cristal pero lo que es seguro que nunca sabremos con certeza, salvo en los extraños momentos de felicidad, es de qué lado del cristal estamos en cada momento.

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