QUINCUAGÉSIMO TERCERA EMOCIÓN Quiero pensar que antes de que se iniciara esta situación de eternidad innoble se notaba en mí que la realidad, lo que se suele llamar así, me resultaba un poco estrecha y demasiado ajustada. Hoy, a pesar de lo que sucede, sigo considerando que la realidad es o puede ser algo no tan evidente como podría dar a entender su propia apariencia. Y no me refiero a que la realidad pueda ser subjetiva, que lo es, sino a que la realidad es algo más que su evidencia (y por supuesto mucho más que los que pretendían sacar partido económico de ella decían que era). La realidad es más ancha y profunda que plana y recta, adopta muchas formas y es más plástica que lo que se puede constatar observándola y viviéndola rutinariamente. Pero sobre todo es mucho más (y creo que hoy más que nunca podemos afirmarlo) que lo que vemos, pensamos y sentimos habitualmente. En cada momento y lugar solo somos capaces de ver, oír, tocar, algunas de sus fac...