SEPTUAGÉSIMO SEGUNDA EMOCIÓN
Llegó el futuro y con él lo mejor y lo peor que se podía esperar.
Una caída de lo humano hasta extremos que no podemos concebir en su funcionalidad futura ni en su inminencia presente.
Un desarrollo, por tanto, de lo terrestre sin la violencia que ejercía lo humano sobre el planeta, aunque el testigo humano exista y asista a lo que hoy es auténtica libertad sin su participación.
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NADA SE ADQUIERE
Ni
Los lóbulos de las orejas
La visión participativa
El hueco entre los dedos
La llamada que no se oye
La trascendencia inmanente
La gota que no termina de caer
Descolocar
Los verdes que nunca acaban de definirse cuando están juntos
Las acciones de las aves
El trinar de los ríos
La pasión
Oír atentamente
La levedad
El atrevimiento
La jocosidad de las estrellas cuando se las mira
Hacer el vacío
Nacer al amor
El tronar de las astillas
La inmensidad
La herencia que se padece
El sueño como realidad
El juego con la tierra
Sufrir la destrucción
Mirar hacia arriba
El placer sin adjetivos
La caída
El alzamiento
La negación que afirma
La firmeza inestable
Lo duro
Lo blando
La piedra
El aire
El agua
El fuego
Ni
El crecimiento hacia la muerte
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