El arte, a fin de cuentas, no sirve para nada. (…) Pero sin eso no hay absolutamente nada. El arte es lo único que te aproxima a la realidad y te hace conocerla. Sin arte la realidad no tiene estructura ni sentido. Arturo Ripstein Siempre es cuanto menos agradable y expansivo el hecho de visitar una exposición artística. A partir de esa sensación hay grados de disfrute y reflexión según se nos aparezcan las obras presentadas y se produzca la predisposición del visitante a dejarse invadir por la propuesta sin estorbos personales ni predeterminaciones de juicio, ya sean a favor o en contra de lo que la obra ofrece y supone como realidad alternativa a lo que se suele denominar lo real. Algunas, pocas, de las exposiciones posibles, en escasas ocasiones, parecen salirse de lo que puede ser el amplio abanico de las sensaciones y las reflexiones que el arte plantea ante el mundo y ante los sentidos de cada visitante. En raras ocasiones la visita a una exposición supone toda una