Por muy hermoso que pueda ser un atardecer en Praga, en el Río de la Plata o en el Sahara, el amanecer nos espera como una puerta abierta a cualquier posibilidad que podamos inventar, sirviéndole de alternativa. Su belleza se encuentra en su potencialidad luminosa y en el ofrecimiento que nos hace de seguir caminando, incluso aunque solo sea en círculo. Y nuestro deseo de luz no se produce para que quede iluminado algo que pertenece al pasado, como en la imagen hoy irrepetible, que ha sido aniquilado cumpliendo el afán destructivo que caracteriza hoy las sociedades humanas y que pretende sustituir el afán de renovación que caracteriza nuestros mejores momentos. ¿Cómo diferenciar la aurora del ocaso? Solo podemos hacerlo gracias a nuestra disposición a vivir o a descansar, a olvidar, a recordar y a renovar la vida en su constante cambio y en su permanencia inestable, la que proporciona esos momentos de felicidad que dan sentido al recorrido circular
Ese azul mediterraneo, no necesita presentación, como la ropa tendida que da vida al callejón. Los horizontes donde sabemos que siempre aparecen tarde ó temprano al ser un mar casi cerrado. Espero que publiques mas fotos porque seguro que las tienes.
ResponderEliminarSi, amigo carlos, en Cerdeña hay unos azules y una vida unicos que la hacen mucho mas que atractiva. Seguire publicando mas fotos porque haymucho que mostrar de aquel recorrido. Muchas gracias.
EliminarCallejon "napolitano o de la Alfama", vida, como dice Carlos. El mediterraneo en su esplendor.
ResponderEliminarGracias
Así es, amiga Igoa, esplendor ancestral que todavía está vivo. Muchas gracias.
EliminarVaya 'mix' que te has 'marcao'!!. No lo entiendo muy bien, sino es la panorámica que de deja un reciente viaje.
ResponderEliminarUn abrazo, joven.
Si, amigo Blas, es parte de esa panoramica a la que te refieres. Muchas gracias.
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