Desde la decadencia de una antigua villa hasta la rotunda modernidad de la “Casa das Histórias” del arquitecto Eduardo Souto de Moura, ambas en Cascais, pasando por la “Quinta da Regaleira”, en la particular Sintra, una villa de principios del siglo XX cargada de detalles, a su vez, de carácter masónico e iniciático, uno va encontrando y persiguiendo el mar y su inspiración hasta llegar al antiguo puerto de Ericeira, lo olvida en Mafra, con su impresionante palacio barroco y lo reencuentra en tantos caminos que se ofrecen como vías de reconciliación o disyunción en los límites atlánticos y europeos. Pequeños o grandes regalos que nos depara el caminar pausado con apariencia de libertad.
Desde la decadencia de una antigua villa hasta la rotunda modernidad de la “Casa das Histórias” del arquitecto Eduardo Souto de Moura, ambas en Cascais, pasando por la “Quinta da Regaleira”, en la particular Sintra, una villa de principios del siglo XX cargada de detalles, a su vez, de carácter masónico e iniciático, uno va encontrando y persiguiendo el mar y su inspiración hasta llegar al antiguo puerto de Ericeira, lo olvida en Mafra, con su impresionante palacio barroco y lo reencuentra en tantos caminos que se ofrecen como vías de reconciliación o disyunción en los límites atlánticos y europeos. Pequeños o grandes regalos que nos depara el caminar pausado con apariencia de libertad.
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