En este año se cumplen tres lustros de dos andanzas viajeras que se realizaron en mi transcurrir. El tiempo transcurrido, a su vez, quizá informe de algo más que de su propio sucederse.
Hace quince años Bélgica y China eran dos mundos. ¿Lo siguen siendo? No tanto, no tan poco.
Continúan siendo un pequeño país y un gran país, aunque ambos hoy están
más unidos en ese destino único e inevitable del mundo de lo que
estaban entonces. La variedad y uniformidad interna de cada uno de ellos
continúa su fluir, en pequeño o en grande. La Historia que acumulan
sigue presente, la historia de formar parte de realidades exteriores y
la historia de creerse únicos mirando hacia sí mismos.
¿Tendrán algo en común actitudes y circunstancias que aparentan ser tan diferentes? ¿Querrán o sabrán convivir hoy y mañana sociedades que se identifican con su unión o su desunión internas de formas tan matizadas como campos, montes y aguas son capaces de mostrar en sus geografías respectivas?
Conocen bien su pasado. ¿Desean construir horizonte de futuro?
(Imágenes tomadas en 2005 en Hong Kong, Bruselas, Hangzhou, Brujas, río Li, Beijing, Dinant, Suzhou, Lovaina y Shanghai)
¿Tendrán algo en común actitudes y circunstancias que aparentan ser tan diferentes? ¿Querrán o sabrán convivir hoy y mañana sociedades que se identifican con su unión o su desunión internas de formas tan matizadas como campos, montes y aguas son capaces de mostrar en sus geografías respectivas?
Conocen bien su pasado. ¿Desean construir horizonte de futuro?
(Imágenes tomadas en 2005 en Hong Kong, Bruselas, Hangzhou, Brujas, río Li, Beijing, Dinant, Suzhou, Lovaina y Shanghai)
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