El caminar es una actividad apasionantemente tranquila que posee rutinas, en el mejor sentido posible, y proporciona sorpresas. Caminar es una de mis actividades favoritas, caminar con rumbo o sin él. En repetición de pasos conocidos o en inicio de pasos nuevos. A veces el caminar, con algo de sentido de la orientación y una práctica que empezó en la infancia, cuando caminaba con mi padre por la ciudad, ofrece descubrimientos que nutren las posibilidades de la vida y dan sentido al caminar presente, al caminar que quizá llegará e incluso al caminar que ya tuvo lugar. El último ofrecimiento del caminar ha sido la visión otoñal de esa playa en la costa mediterránea bañada en una luz para la que las palabras parecen estar aún por nacer.