El otro día, gracias a
un reportaje de televisión, me enteré de que se cultivan patatas en el desierto
egipcio que se exportan al resto del mundo. Un kilo de esas patatas necesita
quinientos litros de agua extraídos del subsuelo para su crecimiento. Un
evidente desequilibrio que cualquiera condenaría, y más sabiendo que el agua
utilizada, ese agua que es de todos y que se privatiza en forma de patata, es
irrecuperable, no se renueva. De esa misma forma, sin ninguna previsión de
futuro ni tope que racionalice sus acciones, la economía en general, en su
enfoque actual, produce un desarrollo que solo revierte en sí misma y no en las
personas que la utilizan y son utilizadas por ella.
Hace muchos años,
bastantes más de los que dura oficialmente la crisis que asola las
posibilidades de que los humanos trabajemos y creemos juntos, puesta la mirada
en el imposible horizonte de la justicia y la armonía; hace mucho tiempo que,
quizá por falta de imaginación, se planteó e intensificó la privatización de
los bienes públicos. Hubo reconversión industrial y no fue más que destrucción
industrial (privatización). Hubo liquidación de bienes públicos, bienes que
eran de todos, que parecía aumentar las arcas del Estado mientras, a la larga,
las dejaba vacías (privatización). Hubo bajada de impuestos directos
(privatización). Hubo contratas a empresas por parte de la Administración para
ofrecer servicios (privatización). Hubo rebajas en los derechos adquiridos por
los trabajadores por antigüedad (privatización). Hubo… privatización.
Llegó la crisis
anunciada por quienes querían ver que el crecimiento sin reparto y a costa de
cualquier otra posibilidad llevaría a que se produjera, y el resultado, que a
su vez era parte de su causa, fue la trivialización de la privatización.
Vivimos ya para siempre, en apariencia, en esa trivialización de la
privatización, hasta el punto de que, antes de tomar ninguna decisión
importante, los gobiernos consultan directa o indirectamente a “los mercados”
para saber si la decisión posible será aceptada por ellos y sus normas privadas
y, en consecuencia, no castigarán al territorio en que sea tomada.
Hubo un tiempo en que la
política llegó a ser un arte, el arte de lo posible, el arte por excelencia de
la imperfección y del cambio. La política jugaba con la economía mientras ésta
intentaba aprovecharse de ella como de una hermana mayor, e incluso le dejaba
algunos arañazos que la política se curaba con tesón y cuidado. El siglo XX
sirvió para que la economía alcanzara su mayoría de edad a costa de aprovechar los
intersticios de la política. Nadie sabe por qué, o quizá prefiramos no saberlo,
la política comenzó a no curarse los arañazos que la economía le infligía hasta
el punto al que hemos llegado hoy, el momento en que los arañazos se han
profundizado y la política ha dejado gangrenar sus heridas sin echar mano del
botiquín que siempre llevaba consigo y que sosteníamos entre todos los
ciudadanos no alcanzados por grandes riquezas y que soñábamos con justicias,
igualdades y demás patrañas, según la versión de las cosas que la economía ha
sabido imponer gracias a la debilidad que ha mostrado la política de manera
gratuita, en las plenas fuerzas de la madurez.
¿Volverá la política, la
que podría ocuparse de estos juguetes rotos que somos la mayor parte de la
población mundial, a encauzar a su díscola hermana la economía o se dejará
morir a sus manos innecesariamente y dejará que los juguetes, destrozados,
terminen pudriéndose en manos de esa loca sin educar llamada economía?
Hacer política, buena política era y es un arte ... El problema es que hoy ... Hoy y desde hace algún tiempo lo que han son negocios .
ResponderEliminarNegocios cuando estan en pro de garantizar la puerta giratoria hacia la empresa privada. Y eso es interes propio no común o colectivo ... Buque insegnea de la política social.
Un saludo de luz ( hace falta mucha luz ...) demasiadas herrientas opacas en nuestros días
"500 litros de agua para un kilo de patatas", porque lo cuentas tú, lo creo, pero este dato me ha dejado estupefacta.
ResponderEliminarParece que ya la política no vale nada y menos la democracia; ahí está el caso de Grecia. En cuanto a la economía, deberíamos decir 'su economía' porque para ellos no hay alternativa, su economía de mercado y latrocinio.
La política la tiene que recuperar la gente a través de la movilización y la participación, deberíamos estar siempre atentos y no dejar hacer a las élites políticas y económicas lo que quieran. Nos deberían enseñar a controlar los desmanes del poder desde la escuela.
Abrazos.
Así es, Athenea, se ha cambiado hacer política por negocios, olvidando que los votantes eligen políticos y no negocios que se hacen a su costa.
ResponderEliminarSeguiremos buscando la luz e intentando hacer transparente lo opaco.
Gracias y saludos.
Sí, Celeste, se queda uno de piedra ante ese dato tan real como la falta de agua en el desierto.
ResponderEliminarQuieren hacer ver que "su economía" es la de todos y, a poco que pensemos, sabemos que no es así.
Deshacer el poder de las élites políticas es una difícil tarea que es de todos.
Gracias y saludos.
No creo en la política, esta está muy corrompida, creo en el poder del pueblo.
ResponderEliminarDe economía no entiendo pero se que todo se tiende a privatizar.
La democracia real no funciona por si sola, necesita del pueblo, este tiene que movilizarse y luchar.
Esto no puede seguir así, de algún modo tiene que explotar y el pueblo se unirá y se escuchará su grito, su rebeldía.
Hay que remover bien la tierra para que esta se regenere, no votar siempre a los mismos pues ya sabemos a dónde nos llevan.
Tu ejemplo de las patatas es más que indignante, así funciona todo de mal.
Luchemos hoy, hagamos todo lo que está en nuestras manos y más.
Un saludo Alfonso
Aurora, es una pena que los políticos hayan provocado que no creamos en la política.
ResponderEliminarLa política es la organización de la sociedad, de los ciudadanos, de todos, no de unos pocos. ¿Volverá eso algún día?
Seguiremos luchando.
Gracias y saludos.
Alfonso: yo dejé de creer en la política hace mucho tiempo...ya no creo ni en mí. ¿Quién tiene la culpa? creo que los mismos políticos que hemos votado creyendo que lucharían por un pueblo mejor..y así nos va. Sinceramente no creo que se pueda deshacer lo que tan mal han realizado, entre otras cosas porque no interesa. Un beso
ResponderEliminar¡Tremendo pensamiento concienzudo el tuyo, amigo 'tras...' (antes eras 'trans...')!. Pues, si, la política. '¡Ay, la política!', con su falta de imaginación. Un terrible problema.
ResponderEliminarLa política necesita movilización, pero ahora -algunos, muchos- creen que yendo a escuchar a Pablo Iglesias están haciendo política participativa, o a Monedero.
¡Mal aprendizaje hemos tenido! cuando el personal se ha alimentado de las tertulias de Belen Esteban, por un lado, y Pablo Iglesias, por otro.
Un abrazo.
Bueno, Agueda, la madurez y la falta de fe es normal que vayan juntas. Nos ha fallado un sistema que dábamos por supuesto que funcionaría gracias a sus reglas, pero lo importante eran los hechos de las personas, los políticos en este caso, y no las reglas que supuestamente los encauzaban.
ResponderEliminarGracias y saludos.
Blas, muchos me llamaban "trans", pero siempre he sido "tras", por aquello de trashumante.
ResponderEliminarCreo que tu diagnóstico es muy acertado, por desgracia. Que muchos han dejado en manos de tertulianos de cualquier tipo lo que ellos deberían plantearse por sí mismos.
Vamos a ver si conseguimos alimentarnos un poco de democracia y no de afirmaciones sin fundamento dichas de cualquier manera.
Gracias y saludos.
Tras:
ResponderEliminarLa "economía" o "mercado" son las grandes multinacionales, ellas son las que dictan las reglas porque ellas eligen quién gobierna para ellos. Lamentablemente a la gente les meten el dedo en la boca con las elecciones y todos se la creen: que están votando por el mejor. Pero todos ya están comprados o en el camino se ponen en realización, este es el verdadero "mercado", el que coincidentemente (o eso también nos hacen creer) se repite en todo el mundo.
En cuanto a las patatas quizás deberían sustituir el cultivo por otro alimento que tenga los mismos beneficios alimenticios y consuma menos agua, pero que la papa rinde excelentes dividendos en la salud está fuera de duda. Y en ingresos ni que decir con las exportaciones ya sean congeladas o procesadas y en sus diferentes derivados como féculas, harinas, etc. El que solo lleguen pedazos de pan duro a la mano de los campesinos es la misma historia si sólo necesitasen cinco litros de agua para regar el kilo de patatas.
Los bienes públicos se privatizan porque devienen en elefantes blancos, cueva de ineptos que logran un puesto de trabajo por tarjetazos o simplemente porque la gente realmente preparada no aspira a esos puestos públicos por la miseria que siempre ganarán, y entonces ¿qué queda?: mal-venderla a los pulpos de la economía y ahí sí florecen ¿casualidad? ¿cosas del destino? No, ya está todo concertado entre las marionetas que nos gobiernan y sus auspiciadores: Las tras-nacionales o los empresarios poderosos de casa que al fin y al cabo son parte del mismo cuerpo del roedor.
No habrá cambios en los políticos porque siempre están hambrientos, los empresarios menos van a cambiar porque ya saben del poder de la riqueza ¿Entonces quién debe cambiar maestro?: Tú hijo mío, deja de consumir las cojudeces que acostumbran venderte todos los grandes grupos de poder a través de la televisión que te embrutece y difunde esta verdad en todos los medio a tu alcance que son pocos pero como bien sabes "Al que quiera celeste que le cueste" ¿Y esto dará resultado Gurú?: No creo infeliz, ya están demasiado embrutecidos en esta vorágine de consumo al que tan mansamente se han entregado y tanto ha enriquecido a sus explotadores, pero por algo hay que comenzar; que si bien es cierto que: "No hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista", tienes que sumarle los casi cien años que quizás vivas tú, tus hijos, tus nietos y tataranietos y verás que fácil te acercas al milenio.
La economía no es loca, sólo es economía, los locos somos los que nos "pintamos pajaritos en el aire" cuando todo parece estar bien con nuestra barriga y nuestra colección de juguetes nuevos... luce floreciente.
Saludos Tras.
Pensador, nada que objetar a ese gran y terrible cuadro que pintas del funcionamiento de "las cosas".
ResponderEliminarUno de los enormes problemas que nos atenazan es, precisamente, lo que comentas: quienes gobiernan, "gobiernan para ellos". Mientras, nosotros, los demás, las tres cuartas partes de la población al menos, tenemos el poder del número, pero para ejercer ese poder hay que ponerse de acuerdo, es decir, funcionar democráticamente, y nos han arrebatado la posibilidad de hacerlo al secuestrar la democracia con métodos tan sutiles como burdos.
Gracias y saludos.