Si (como
afirma el griego en el Cratilo)
el nombre es arquetipo de la cosa
en las letras de 'rosa' está la rosa
y todo el Nilo en la palabra 'Nilo'.
el nombre es arquetipo de la cosa
en las letras de 'rosa' está la rosa
y todo el Nilo en la palabra 'Nilo'.
De El
Golem. J. L. Borges.
Estimado Jorge:
Me permito escribirle
gracias al hecho de que ya no puede responderme con su afilado verbo, al que
quizá yo temiera, y porque los gloriosos versos que encabezan esta carta me
sirven de excusa y motor inmóvil para, en mi pequeña faceta creativa comparada
con su magnífico laberinto de palabras, jugar con imágenes y símbolos, como si
fuera uno de los excelsos protagonistas que usted utilizó o dio vida en sus
narraciones: aquel discípulo de Paracelso tan ignorante como soberbio en su
juventud finita, y que no supo o no quiso creer en la sabiduría del maestro, no
fuera a arrebatarle esa fuerza que poseía y que Paracelso había trasmutado en
conocimiento (me estoy refiriendo, como usted sabe, a La Rosa de Paracelso, de
nuevo la rosa en el título y en la narración). Sus obsesiones, maestro, son
puertas hacia la vida y sus circunstancias que su pluma dejó abiertas para
nosotros.
Yo quería escribirle,
como estoy haciendo, porque me ocurre que hay imágenes tomadas por mí mismo
que, desde mi punto de vista, representan mundos. Me gustaría decir
“simbolizan”, pero mi momento histórico, que es casi el suyo, no me lo permite.
¿Jugar con imágenes y símbolos? Puede que usted me preguntara, con ese deje
irónico que insinuaría que ya sus palabras escritas lo habían hecho sin
necesidad de recurrir, como yo hago, a complejas máquinas que pudieran matar la
eternidad del fugaz momento.
Creo que la
peregrinación (extraña en mí) que un día hice hasta su tumba ginebrina, me
avala para enfrentarme a su ironía y continuar con el hilo de lo que usted
mismo me sugiere por vía de la lectura de sus versos y narraciones.
Traigo hasta aquí el
paralelismo de las líneas que delimitan la doble muralla de la Ciudad Prohibida
en Pekín, coronando el simbólico rojo de los muros, y perdiéndose en el
horizonte del cielo casi perennemente neblinoso de la que fue nueva capital del
Imperio. Ese paralelismo unido a su color me parece que “simbolizan” toda
China. Lo que fue, por supuesto, pero también lo que hoy es y cómo se impone al
resto del mundo desde la cerrazón y el orden, desde la eficacia y el desprecio
de su propio pueblo, desde la búsqueda de la armonía y el sentido práctico de
quien conoce que todo perece y todo se puede renovar.
El pequeño dibujo
pintado a mano que forma parte de la decoración de un recipiente para tajín me
parece que es todo el norte de Africa, y aún más, cualquier tierra limítrofe
que quiere ser lo que es y algo que va más allá, lo que atisba gracias a la
presencia del mar y al intercambio con otros que supone la existencia de esa
frontera cambiante y seductora que es cualquier costa.
Veo en la antigua y
pesada maquinaria, hoy abandonada, la construcción del mundo, nuestro mundo,
con la fuerza de nuestros brazos ayudada por lo que la mente quiso imponer a lo
que ofrecían las ramas de un árbol o las piedras con las que nuestros ancestros
se topaban por los caminos.
Las pequeñas manchas de
óxido en la tubería exterior, con ese color que recuerda a Egipto y sus
antiguas maravillas, me parecen el perfecto resumen del color con el que los
humanos hemos pintado el mundo: un color sin definir que representa la
podredumbre de nuestro afán invasor y el brillo de nuestra capacidad de
construcción e inventiva.
Y en el antiguo
ilustrador ante su scriptorium veo el símbolo de la soledad y la
incesante creatividad y laboriosidad humanas. En esa obra maestra de la
miniatura medieval le veo a usted y a tantos otros generando eso que se llama
obra de creación, un tanto mitificada desde el Romanticismo, y que define la
afición humana a inventar una vida que sabe que no va a comprender pero que
nunca deja ni dejará de intentar hacer.
Le envío mis
respetuosos saludos.
Tras: no sé muy bien por qué le escribes esa carta a Borges (que me ha encantado, desde luego). Entre el texto sale a relucir el Golem, que creo es una figura y un símbolo bíblico que supongo se originó en el Antiguo Testamento y que ha tenido a lo largo de los años reiteradas interpretaciones, incluida la Cábala. Me imagino que Borges se inspiró en un estudio de Scholem para crear su poema. Supongo que Borges habla en su poesía sobre el lenguaje mismo, sobre el poder de las palabras habladas y como las palabras dan vida a las cosas que nos rodean. Muy buenas las fotos intercaladas en el texto. Como siempre una labor genial. Un beso
ResponderEliminarParacelso dijo con lentitud:
—El camino es la Piedra. El punto de partida es la Piedra. Si no entiendes estas palabras, no has empezado aún a entender. Cada paso que darás es la meta.
Agueda, es causa suficiente para escribir a Borges el poder comunicarme con amigos como tú y poder recordar juntos tantos poemas y narraciones que él nos regaló y nos regala, con su palabra siempre abierta a la auténtica poesía que continúa inspirando a personas como yo o a ti misma.
ResponderEliminarGracias y saludos.
Magnífica carta Alfonso, tus letras son abiertas y expresivas, me ha encantado, así como las imágenes que nos presentas. Nos traes a Borges con orgullo y con orgullo lo recivo.
ResponderEliminarUn saludo de tu amiga.
Aurora, me alegra mucho que sientas mis letras como abiertas y expresivas porque así pretenden ser. Es un orgullo poder traer a Borges hasta tí y que así lo recibas.
ResponderEliminarGracias y saludos.
Hola, Alfonso:
ResponderEliminarLo que representan -no simbolizan- para ti estas imágenes me parece algo similar a la poesía, que en la brevedad y lo escueto de los versos representan sentimientos y sensaciones. Aunque tu nos dices que representan "mundos" y los has visto y nos los has traído a los lectores. Por cierto, el mundo que ves en la doble muralla y la descripción que haces es impresionante.
Enhorabuena por este excelente texto.
Muchas gracias. Saludos y feliz verano.
Celeste, me alegra mucho compartir sentimientos, sensaciones y mundos contigo a trav´s de la poesía y de la imagen.
ResponderEliminarLa fuerte experiencia que viví visitando China está reflejadaen esa foto y en lo que digo, me encanta que te haya llegado.
Gracias y saludos.
Por eso gustan las imágenes que dicen cosas, que cuentan algo mas de lo que entra en la mancha fotográfica. Tiene tela el berbiquí y lo que ha sido para cualquier ebanista. Toda una industria. Por ejemplo. Me ha encantado
ResponderEliminarCarlos, me gusta que hables de ese "algo más" respecto a la "mancha fotográfica".
ResponderEliminarY esa antigua maquinaria es testigo de lo que ha sido ese mundo intermedio entre las herramientas tradicionales y las electrónicas que parecen ser otro mundo respecto a lo artesano.
Gracias y saludos.
Bien...veo que ha desparecido el comentario. Procedere con paciencia por la tarde. hasta luego.
ResponderEliminarIgoa, no sé qué habrá pasado. Espero tu comentario con muchas ganas.
ResponderEliminarGracias y saludos.
Demasiado simbolismo para mí, un mortal. Me cuesta saber por qué Borges (Estimado Jorge) merece estas palabras. Yo, V(B)iajero Insatisfecho, desconozco también por qué Jorge fue un viajero sin salir de su casa en la playa.
ResponderEliminarUn abrazo.
Mortal Blas, el simbolismo es algo de lo que todos participamos aunque no lo sepamos o no nos fijemos en él. Y las historias que nos regaló Borges merecen que sigamos jugando con los símbolos y las historias (o los viajes) que nos precedieron.
ResponderEliminarGracias y saludos.
De puntillas y en silencio me confabulo con el mismísimo viento para , a través de sus matices ser testigo de .. Simbolos~Raices que viajan de tu pluma y alma hasta la pupila de quien en eso símbolos busca encontrar ....
ResponderEliminarSeguro que quien menos imaginas mira atento y da significado a los ya asentados preceptos.
Mi abraz✴
Athenea, siento tu confabulación muy cercana y noto que los preceptos se deshacen gracias a ella.
ResponderEliminarGracias y saludos.