La Ignorancia es un ente fuerte y sano con un síndrome tiroideo que le obliga
a adelgazar o engordar según sea el
comportamiento de su marido o su mujer, es decir, de cada uno de nosotros.
Nacemos casados con Ella. La ceremonia de enlace es un poco sangrienta,
pero no tiene mucha importancia porque no nos acordamos de ella y La Ignorancia
no nos lo echa en cara, ocupada como está en mover su entonces enorme corpachón
acompañando nuestro primer lloro. Desde los instantes iniciales se lleva muy
bien con sus suegros, nuestros padres, y les deja que la pongan a régimen sin
ninguna protesta, más bien parece que hasta le agrada ese sacrificio que dura
bastantes años. Pasado ese período la influencia de sus suegros en ella comienza
a disminuir a la vez que aumentan los diversos regímenes a los que la someten
tanto la escuela como los compañeros de clase. Son unos momentos duros para La Ignorancia
porque parte de la escuela y una parte de los amigos parecen desear que se
convierta en anoréxica, mientras otra parte propone que termine siendo
bulímica. Quizá esos años son los que influyen en su glándula tiroides y los
que provocan el síndrome de adelgazamiento y/o engorde que va a sufrir lo que
dure toda nuestra vida.
Llega un momento, más o menos pronto o tarde, en que somos capaces de
hacernos conscientes de Su presencia y nos vemos abocados a amarla o
despreciarla hasta el punto que podamos llegar, que nunca es el del divorcio
pleno y neto ni el de la unión consciente y plena. De hecho, empezar a conocer
que el divorcio de La Ignorancia es totalmente imposible es lo que le hace
adelgazar más hasta convertirla en compañera llevadera y necesaria de la que no
hace falta ocuparse porque sus necesidades tienden a reducirse a la mínima expresión.
Pero, a la par, hay que tener cuidado con Ella porque posee unas
habilidades que convierte en artimañas engordantes para sí misma, y son las de
convencernos de que el conocimiento puramente especializado y técnico nos hace
sabios, nos aleja de ella y nos libera de sus ataduras. Su estrategia consiste,
si creemos en que la especialización nos aleja de la ignorancia, en ponerse de
perfil, no engordar hacia delante y hacia atrás, aunque sí ensancharse casi
hasta el infinito, dejando muy poco espacio para nuestras capacidades
sensitivas y reflexivas, un espacio mínimo aterciopelado con sus caricias, como
de pelos de arácnido, hasta convertirse en un plano mapamundi de la falta de
conocimiento. Ese estado es el más expandido en las sociedades desarrolladas en
la mayoría de los humanos maduros desde el siglo pasado. Ha proporcionado un
éxito enorme a La Ignorancia, proveyéndola de una flexibilidad que no poseía
hasta entonces y que ha aumentado su capacidad expansiva hasta hacerla
peligrosa y convertirla en la reina de la vida muerta.
Todos caminamos la vida acompañados de esa señora, queramos reconocerlo
o no. Lo que abulte es cosa nuestra y del mundo, pero lo más importante respecto
a ella es saber que nos acompaña siempre, sin remedio, aunque podamos dominar
su volumen e influencia.
Nunca somos plenamente ignorantes, o sabios, salvo en la consideración
de otros; siempre somos, objetivamente, más ignorantes que otros y menos
ignorantes que otros tantos. Poder reconocer el tamaño de La Ignorancia en
nuestros congéneres y en nosotros mismos es una de las tareas que Ella se
empeña siempre en impedir, hasta el día de la muerte de cada uno de nosotros,
el día en que Ella, irrevocablemente, desaparecerá de nuestras vidas para
encarnarse en las nuevas vidas que el futuro le depara.
Buenos días:
ResponderEliminarEn estos tiempos de tanta información y difusión de los conocimientos, resulta que el mundo se llena de fascistas y neonazis -ahora los llaman populistas-, llegan al poder y se expanden por Europa y América, en realidad, por todas partes; estará la Ignorancia bien gorda, ufana, triunfante. Qué tiempos estos, basta ver como algunos están casados con la Ignorancia y no lo saben, y otros lo saben y hasta hacen alarde de ello.
En fin, no hay humildad para verla y reconocerla y saber que es muy poderosa, en cuanto te descuidas, engorda.
Me ha gustado mucho el relato y la reflexión.
Muchas gracias. Saludos cordiales
Y a mi me ha gustado mucho verte de nuevo por aquí, amiga Celeste, y saberte tan luchadora como siempre, intentando que la ignorancia no engorde demasiado.
ResponderEliminarGracias y saludos.
Que es educar, autoeducarse, sino una lucha sin cuartel contra la IGNORANCIA? ELLA forma parte de la corte de "fuerzas oscuras" que intentan sofocar el desarrollo de los seres humanos.
ResponderEliminar"Ënsenar deleitando", claro modelo es tu escrito.
Gracias y saludos
Muchas gracias, amiga Igoa. A continuar educándonos siempre.
EliminarGracias de nuevo y saludos.
Hola Alfonso, me alegra volver a leerte.
ResponderEliminarLa ignorancia es muy peligrosa, es capaz de destruir pueblos enteros, lo demurstra nuestra historia, en su cuarto de luz apagada,tambien en la actualidad nos agarra con sus raices profundas.
Un saludo
No sabes lo que me alegra a mi volverte a ver por aquí, amiga Aurora.
EliminarY sí, la ignorancia es capaz de las mayores fechorías sin que apenas parezca que las comete.
¿Y tú, cómo estás?
Gracias y saludos.
Estoy muy ocupada con mi madre, buscando momentos.
ResponderEliminarUn saludo Alfonso.
Que tengas mucha suerte y supongo que paciencia, Amiga Aurora.
Eliminar"Todos caminamos la vida acompañados de esa señora". Sin duda, y mientras más caminamos más señora es.
ResponderEliminarAhí le has dado, amigo Blas.
EliminarGracias y saludos.
Genial. Lo imperdonable es que casi me lo pierdo por falta de tiempo ó despiste.
ResponderEliminarA la ignorancia no hay que darla tregua y dudar hasta de lo que sabemos. Aprender constantemente para entender que nunca sabremos todo y ....siempre. Admiro a la gente mayor que quiere saciar su curiosidad siempre. Siempre.
Siempre dudar y siempre no darle tregua, como bien dices amigo Carlos.
EliminarGracias y saludos.