Ir al contenido principal

ETERNIDAD TEMPORAL



La música es única, por mucho que sus variedades sean infinitas, que se vea arropada por culturas y geografías, que represente algo o a alguien, o sea puramente abstracta, que su tiempo parezca antiguo o futurista. La música es una vida alternativa que sucede en ésta y que añade más vida a la vida humana y sus pequeñas miserias. Lo contrario de la miseria es música, lo alternativo a la alegría y la tristeza es música, el sonido del amor es música. La guerra no tiene música…
Dos mujeres pueden simbolizar eso que la música fue, es y será. Dos estilos, dos tiempos, dos lugares, dos enfoques, dos dedicaciones, dos historias personales y sociales… Todo da igual cuando escuchamos lo que una hace surgir de su instrumento y su corazón, y lo que la otra provoca con su voz y su corazón. Si nos fijamos en sus rostros, en cómo se transforman siendo ambos música, todo queda explicado y plasmado. Y lo mejor es dejarse llevar, acceder a lo sentido gracias a su entrega, la de una de ellas interpretando a un antiguo músico genial cuya obra se encuentra detrás del tiempo, y la de la otra, haciendo aflorar de las profundidades de la tradición la verdad de lo musical sempiternamente presente.
¿Popular? ¿Culto? Solo música…
 

 

Comentarios

  1. Si "para gustos los colores" con la música entiendo el mismo dicho. Y las etiquetas como en todo solo sirven para definir algo de alguna manera. Para bailar necesitamos una y para escuchar otra y para cada cosa hay alguna ideal. Lo bueno siempre es amansar la fiera que llevamos dentro y unirse en buena compañía para disfrutar de la que le guse a cada uno ó del momento. Y ya si añades la voz humana; apaga y quedemonos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, totalmente de acuerdo contigo, amigo Carlos. Apaga y quedémonos...

      Gracias y saludos.

      Eliminar
  2. Puro arte sentido, digo yo. Ambos modelos están un poco alejados de mis gustos, pero bueno, ahí están. Un abrazo, tras....

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bueno, amigo Blas, para eso están los gustos, para que la variedad siga existiendo.

      Gracias y saludos.

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

CAMINO DEL FIN DEL MUNDO

Camino del desierto marroquí, desde Marrakech, uno espera encontrar cómo el paisaje se va volviendo más seco, más inhabitable, menos verde, más duro. Pero viajar consiste en asumir sorpresas constantes y, una vez más, ese camino no es lo que uno espera aunque sí algo que quizá hubiera deseado. La tremenda presencia de los cercanos montes del Atlas alimentan caudalosos ríos que dan vida a múltiples valles y poblaciones llenos de bullicio y actividad humana que, desde hace milenios, han convertido aquella región en un lugar que transforma la dureza en vida. El camino hacia lo que uno pensaba que sería la nada es un todo atractivo, único, pleno e inolvidable.

MELANCOLÍA

Uno ha disfrutado y estudiado en imágenes las obras de la Antigua Grecia antes de verlas en directo, y esa es una experiencia que le reserva algunas sorpresas, entre ellas aparece la representación de sensaciones que no esperaba, unas más comprensibles que otras, y una de las más comprensibles e inesperadas es la representación de la melancolía en una faceta serena que sorprende y atrae mucho al contemplador que intenta vivir aquellas obras como si fueran algo suyo. Clasicismo, democracia, filosofía, convivencia, origen, ciencia, historia… son algunas de las palabras que con toda naturalidad se aparecen en la mente de quien recrea la Grecia Antigua, pero melancolía… No, no es lo que uno espera aplicar a aquella cultura desaparecida aunque muy viva hoy en los entresijos de los orígenes de nuestro estar en el mundo. Pero, claro, cuando se califica una civilización desaparecida se olvida fácilmente que, en ella, como en todas las civilizaciones y culturas, como en cualquier tiempo

EL COLOR

Los que tenemos la fortuna de ver somos alcanzados por forma y color de una forma inseparable, pero el color tiene una potencia que la forma, con su delimitación aparente,  no llega a disuadir. El color parece apuntar a unas capacidades más allá de la supervivencia, esas capacidades que un día se llamaron espirituales y que hoy se podrían denominar más humanas que económicas. El color no describe, no limita, alimenta la parte que es pura visión, quiere a la sensibilidad y es capaz de negar el tacto. El blanco, la luz pura, es la suma de todos los colores. El negro, la negación de la luz, también lo es. ¿Quién puede desentrañar esa enigmática paradoja? Cada color, cada reflejo del sol o la luna en el agua, cada brillo de la piel del amado o de la amada, cada hoja viva o muerta, cada mancha del animal, cada despertar con su apertura del párpado a la luz, cada molécula visible brillando en las diferentes horas del día o de la noche... Cada partícula de color desentraña la paradoja