Ir al contenido principal

DOS FOTÓGRAFOS MUJERES



No valoro las obras de arte por casi nada que tenga que ver con los detalles de la vida de su creador, aun asumiendo que esa vida tiene todo que ver con lo que la obra ofrece. Me importa la obra de arte en sí misma. Una vez terminada por quien la creó tiene su propia vida y pertenece a quien la disfruta, la admira, la analiza y es capaz de dejarse llevar por sus sugerencias y aperturas. Desde ese punto de vista, que intenta ser riguroso y aperturista, el género de quien las creó o las crea no tiene excesiva importancia.
Hoy quiero referirme a dos fotógrafas contemporáneas, no por el género (femenino) al que pertenecen sino porque sus obras forman parte ya de lo que el arte de la fotografía es capaz y ha sido capaz de ofrecer al mundo y su transcurrir.
Tanto Jitka Hanzlová como Isabel Muñoz tienen ya una obra que nos permite admirarlas en sus diferencias, así como me permite a mí unirlas en este texto gracias a su creatividad sin paliativos y a dejar abiertos caminos que definen lo que somos y podemos ser siempre que deseemos empaparnos de las posibilidades de ser algo más y mejor que supervivientes de una especie paradójica.
Y la paradoja es buen concepto para introducirse en las obras de las dos grandes creadoras. La paradoja de no ser nadie por el hecho de poder ser cualquiera, de fotografiar la normalidad como esencia o estancia de lo que somos o vivimos, en el caso de las fotografías de Jitka Hanzlová. Y la paradoja de la belleza imbuida de violencia o abandono, de desigualdad o ignorancia, de anhelo, perseverancia y futuro que es origen, en el caso de Isabel Muñoz.
Hay que dejarse llevar necesariamente por la profundidad que el mecanismo de sus cámaras, gracias a quienes las utilizan, sabe proveer a la luz de lo cotidiano y de lo que no lo es tanto. Es una obligación que se percibe cuando se entra en sus obras sin prejuicios, únicamente con los prejuicios que esas mismas obras admiten como existentes, los de estar unidos a los otros, los de ser tan desiguales como idénticos, los de aspirar a seguir siendo naturaleza y no dejar de ser el cúmulo de preguntas que nuestra condición propone, los de existir y participar en la creatividad del mundo con todo lo que de construcción y destrucción conlleva.
No puedo aportar mucho más que lo que se desborda por los límites de sus obras y que quienes podemos disfrutarlas atrapamos en el aire  gracias a la luz, el concepto y el arte que ellas disponen mágicamente en la plenitud de sus obras.
Una plenitud fecunda que viene acompañada de una ingente cantidad, cualitativamente importante, de fotógrafos mujeres que nos han contado y recreado el mundo de una forma imperecedera desde que en el siglo XIX nació esa técnica que ellas, con absoluta naturalidad,  incorporaron e incorporan a su arte. Sirvan como ejemplo los siguientes nombres, entre otros muchos (hacer “clic” sobre los nombres si se desea más información):
Anna Atkins (1799-1871)
Imogen Cunningham (1883-1976)
Dorothea Lange (1895-1965)
Louise Dahl-Wolfe (1895-1989)
Berenice Abbot (1898-1991)
Lissete Model (1901-1983)
Leni Riefenstahl (1902-2003)
Lola Álvarez Bravo (1907-1993)
Gisèle Freund (1908?-2000)
Eve Arnold (1912-2012)
Helen Levitt (1913-2009)
Dickey Chapelle (1918-1965)
Diane Arbus (1923-1971)
Inge Morath (1923-2002)
Linda McCartney (1941-1998)
Masumi Hayashi (1945-2006)
Cindy Sherman (1954-)
Anne Geddes (1956-)
Ouka Leele (1957-)
Y añado una selección de grandes obras de Isabel Muñoz y de Jitka Hanzlová.



















Comentarios

  1. Te felicito por la idea de publicar fotografías con la idea de ARTE. Parece mentira que en la época que vivimos de tantos millones de fotos por segundo, haya tan poco interés por el arte. La gente "echa, tira, y publica fotos esperando que los apuntados a su perfil le alaben las genialidades. Y ya. Claro que para gustos los colores y si con eso son felices.... Nosotros a lo nuestro. Algo quedará de interés ¿no?. Yo desde luego pretendo parecerme a algunas de la lista y seguir disfrutando buscando mejorar siempre. Gracias por el post.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tú, amigo Carlos, eres buen ejemplo de esa búsqueda de lo excelente en fotografía que parece que muchos olvidan y que lo da la máquina pero sobre todo el ojo.

      Gracias y saludos.

      Eliminar
  2. Como muy bien dices no importa el genero si no la obra, estas que tu nos traes son brillantes, todas ellas. Gracias Alfonso las he disfrutado mucho, han sido todo un regalo.

    Un saludo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Cómo me alegra que hayas disfrutado, amiga Aurora. Sus obras son absolutamente extraordinarias.

      Gracias y saludos.

      Eliminar
  3. Sin duda la creatividad es lo que cuenta. Sin duda.
    Conocía a 'la nuestra', a 'la otra', no.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  4. Sin duda, amigo Blas. estas fotógrafas rezuman creatividad en sus obras, la regalan "a espuertas".

    Gracias y saludos.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

EL OCASO, LA AURORA

  Por muy hermoso que pueda ser un atardecer en Praga, en el Río de la Plata o en el Sahara, el amanecer nos espera como una puerta abierta a cualquier posibilidad que podamos inventar, sirviéndole de alternativa. Su belleza se encuentra en su potencialidad luminosa y en el ofrecimiento que nos hace de seguir caminando, incluso aunque solo sea en círculo. Y nuestro deseo de luz no se produce para que quede iluminado algo que pertenece al pasado, como en la imagen hoy irrepetible, que ha sido aniquilado cumpliendo el afán destructivo que caracteriza hoy las sociedades humanas y que pretende sustituir el afán de renovación que caracteriza nuestros mejores momentos.  ¿Cómo diferenciar la aurora del ocaso? Solo podemos hacerlo gracias a nuestra disposición a vivir o a descansar, a olvidar, a recordar y a renovar la vida en su constante cambio y en su permanencia inestable, la que proporciona esos momentos de felicidad que dan sentido al recorrido circular

COMUNICARSE

Desde que comenzó el año he dedicado parte de mi tiempo a compartir con quien le interese una de mis pasiones, la fotografía, gracias a la existencia de comunidades en la red que permiten hacerlo con personas de cualquier parte del mundo. Está siendo una gran experiencia por lo que supone contemplar lo que produce esa misma pasión en otras personas y lo que sugiere en ellas el producto de la mía. Resultado de esa agradable experiencia es que uno, sin pretenderlo, llega a conocer lo que más gusta a otros de lo que produce. Una curiosa experiencia esta de la comunicación que pone en valor unas fotografías sobre otras y enseña lo que uno es capaz de comunicar aunque no lo pretenda. Dejo aquí algunas de las fotografías que más han gustado y que han hecho que yo aprenda y sepa algo más de lo que somos, queremos, apreciamos y disfrutamos quienes nos decidimos a comunicarnos, en este caso a través de la imagen: Cómo me alegró que esta fotografía, tomada a más de 4300 metros de

EL MAR EN FEMENINO

El mar acepta todo y escupe muchas cosas. En la línea de costa, sobre todo en las playas, se produce el indefinido intercambio entre mar y tierra, entre mundos vitales paralelos que se interpenetran de una forma amable y que parece incluso ordenada. Entre mar y tierra en el Atlántico marroquí pasea la hermosa mujer que se ha separado por un momento de su pareja, como si fuera libre, y parece absorber, cubierta su natural belleza con multitud de telas, el paso del brillo del sol en las aguas atlánticas al brillo del astro en el cielo. En su mirada y en sus delicados andares parece posarse el difuso horizonte marino. Su delicadeza se convierte en pregunta para el fotógrafo viajero. La pregunta habla de su felicidad en libertad y de si es posible ser feliz sin ser libre. Al fotógrafo le gustaría saber si el aparente amor que muestra discretamente hacia el hombre que va con ella no estará demasiado condicionado por lo que simbolizan las telas que la cubren y no permiten aprecia