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TRANSCURRIR




Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
(…)
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra.
Jaime Gil de Biedma

Felizmente, un año más. Felizmente, un año menos. La felicidad solo son momentos, salvo cuando se puede decir que el transcurso fluye, que la vida pesa y se aligera, que el anhelo continúa su camino y la decadencia es efecto de la pasión ejercida y de la reflexión que no lleva a ninguna parte.

La felicidad no siempre es feliz, el transcurso lo es si supera la supervivencia, si es capaz de albergar una super-supervivencia, en su sencillez y en su vorágine de cuerpos rotos y reconstruidos, de hablantes que no desean ser inanes, de relaciones y soledades que saben estar juntas en un tacto lleno de barro y en un brillo lujoso que atempera el ahogo que produce la continua respiración.
Seamos lo imposible en secreto. Lo posible posee la perfidia de lo público y nuestra consciencia es incapaz de darse publicidad aunque persiga imponerse al mundo en el que se incrusta inevitablemente.

Creamos ser mientras estamos.

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