La casa es el
símbolo de nuestra vida, la humana. En ella se puede vivir y morir tanto de
gusto como de repugnancia. El abandono de una casa puede ser una alegría o una
desgracia. Ella sirve para comunicarse con otros y para aislarse de todos, para
existir y para morir, para ser en plenitud o abandonarse en la nada. La especie
paradójica por excelencia, la nuestra, construye espacios que se denominan habitables
y pueden no serlo, o haber dejado de serlo, o llegar a serlo.
Una colmena de
pisos puede ser una condena para quien no tiene la oportunidad de estar en un
sitio mejor, o puede ser el cumplimiento de la vida de alguien que ha sido
perseguido gratuitamente porque el lugar en el que nació convirtió en
aberrantes sus orígenes por el mismo hecho de que todos queremos un lugar en el
mundo, pero algunos desean que su existencia se desarrolle a costa del
sufrimiento de otros.
Todos estos
conceptos y realidades, y muchos más, se pueden encontrar reflejados en las imágenes
que nos ofrecen grandes fotógrafos. Uniendo sus propuestas se dibuja una sugerente
imagen del mundo que puede ser atractiva o terrible, pero que muestra eso que
somos, multifacéticos, constructores, creativos y destructivos. Inquietos, en
suma. Yo me he atrevido a unirme a ellos.
Geert Goiris
Bas Princen
Bas Princen
Iwan Baantea
Lucien Hervé
Sze Tsung Leon
Michael Wolf
Trasindependiente
Trasindependiente
El fondo sobre la forma, hecho sobre el derecho o sentimientos sobre todo lo demás ...
ResponderEliminarDicen, y tienen razón, que no recordaremos todos los detalles de algo o alguien pero sí cómo nos hace sentir ...
Y ahí está la clave de la consideración ... De (nuestra) reafirmación y de buscar.... Ese logro... Sentir que algo nosotros ha llegado a dar forma a esa parcela en la que nos sentimos , desde la libertad ... Tal y como nos gusta ser y estar ....
Un abraz✴
Athenes, me quedo con ese "ser y estar desde la libertad" tan tuyo y tan cargado de posibilidades auténticas de vida que asume todas nuestras contradicciones.
ResponderEliminarGracias y saludos.
Veo que en tu última fotografía retratas una porción de mi 'terruño'. Pero nada que ver con una casa hipotecada.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sí, Blas, y la penúltima también. Es una casa tradicional de El Bierzo, espero que sin hipoteca.
ResponderEliminarGracias y saludos.
¿Dime dónde vives y te diré quién eres? Quizá... pero el sueño de *estar* donde se puede *parecer* puede convertirse en una burbuja a punto de estallar, hay quienes se aprovechan del sueño de *ser*, y construyen bellas viviendas en maqueta que terminan cual ratoneras de cemento con calzones al viento.
ResponderEliminarDe las mansiones de lujo, lo único de lujo es el lujo... sus habitantes no pasan de fantasía fina.
De las fincas a lo Goiris, hay que tener el valor de luchar contra la corriente y perseverar en el afán de conservar no sólo la raíz sino también... la semilla.
De las dos tuyas, me quedo con la de piedra y maderos, porque necesitando tanto que hacerle para *parecer*, sin embargo por su antigüedad y tradición, los que ahí *están*, sí me parece que *son* los que pueden algún día... *ser*.
Saludos, Tras.
Pensador, tu reflexión en torno al ser me recuerda que buena parte de lo que somos está en el habitar.
ResponderEliminarQué difícil es luchar contra la corriente y qué necesario es conservar la raíz y la semilla.
Esa casa de piedra y madera de los montes de León, en España, es de las pocas que se conservan bien allí porque sus habitantes han entendido que sin raíces no somos nada.
Gracias y saludos.
¡Qué contraste de casas! La foto de la "colmena" (M. Wolf) resulta agobiante, pero también parece llena de vida, con las salidas de humo, los aparatos de aire acondicionado, la colada en las terrazas. Mejor descansar en la casa de León que se parece a un hórreo, desayunar viendo las montañas y la niebla.
ResponderEliminarSaludos.
Felicidades por tus fotos, tan buenas como las otras.
Así es, Celeste, contrastes y contradicciones que resumen muy bien las formas en las que vivimos y morimos, aunque siempre nos dé paz casas como la de León, con esa cercanía a nuestras dimensiones y a la naturaleza.
ResponderEliminarMe alegra mucho que te hayan gustado las que yo he añadido al resto.
Gracias y saludos.