Levanté una esquina de la parda alfombra del deseo y encontré bajo ella el color, era como un polvillo exquisito que quise tocar. De inmediato, la alfombra me envolvió y comenzó el sueño. *** La tiránica alegría del poder modela miseria. Es la falacia de la no intervención. *** Cuando se reflexiona, el músculo se carga de vida y la vista percibe nuevos e inútiles colores. *** Sin habla no habría nadie, sin sueño todos serían muertos. *** Si el mundo fuera una cesta la compañía de los otros serían los agujeros que dejan entre sí el entretejerse de las fibras que la componen. *** De rodillas pensaba que el mundo era una fiesta. *** Visto lo evidente mejor apagar la luz.



La primera me encanta especialmente, por esa cupula que aisla un pasado de cambios climáticos y permite un ambiente ideal para albergar vidas y actividades humanas. Ese pasado conservado pero vivo me parece genial. La siguiente me recuerda demasiado un aeropuerto ó uno de esos lugares abarrotados de gente, metal y vidrio. Y la tercera me produce un sentimiento de inquietud no se si por las cadenas ó la ausencia de vida aparente. En cualquier caso siempre interesantes todas y con con mensajes para adivinar.
ResponderEliminarMe encanta tu comentario, amigo Carlos, con todos los matices de lo que encuentras en las imágenes. Todas están tomadas en Estambul, una ciudad que simboliza muy bien eso que siempre se ve en lo vivo: pasado, presente y posible futuro. Muchas gracias.
Eliminar"El pasado en el presente", mi favorito, no lo puedo remediar! Aunque, a veces, quisieramos arrancar ese lastre que nos impide volar.
ResponderEliminarEse "presente" lo prefiero con una grandiosa ceiba con sus brazos alcanzando el paraiso y sus raices ancladas fuertemente en la Tierra.
?El "futuro"? para mi el futuro inmediato liberado de cadenas y abierto a la muerte.
Un abrazo
Es maravilloso cómo te enfrentas a los presentes posibles y lo que construyes con ellos, amiga Igoa. Muchas gracias y un beso.
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