En el oriente mediterráneo
hay un cúmulo de mares que proporcionan a aquellas aguas de costas recortadas y
multitud de tierras emergentes en forma de islas un carácter especial. Unos
mares que fragmentan esas aguas ancestrales que acogieron antiguas
civilizaciones inaugurales de nuestra cultura; unas aguas utilizadas por el
humano para el intercambio y el enfrentamiento desde hace miles de años.
Y la luz parece un
trasunto del cúmulo de civilizaciones superpuestas que allí sale al paso. La
variedad de luces que las horas del día y los reflejos en el agua proporcionan
parecen querer expresar toda la variedad que allí se encuentra y que a lo largo
de la Historia ha ido dejando huella en las tierras que se asoman a aquellos
mares que forman una unidad dispersa.
El viajero quiere
pensar, tras recorrer aquellas tierras bañadas permanentemente, que todas
aquellas transformaciones creativas y dolorosas que allí se dieron no están muertas,
que la vida sigue viva y puede dar paso a nuevas invenciones, intercambios,
descubrimientos y evoluciones que permitan, como hace tantos siglos, que el
humano continúe lo que parece ser su misión exploradora, su incesante búsqueda,
su llegada a puertos estables que puedan servir para la buena vida de todos.
De esa forma reflexiva y sensitiva, el viajero
se acercó hasta el golfo de Corinto contemplado desde el mar de olivos a los
pies de Delfos.
Hasta el templo de Poseidón en el cabo Sounion.
Hasta la fortaleza y la ciudad de Lindos, en
Rodas.
Hasta las costas livianas y abruptas de la isla
de Rodas.
Hasta los antiguos ciudad y puerto de Rodas.
Y hasta las aguas inclasificables en las que se
unen el mar de Mármara, el estrecho del Bósforo y el Cuerno de Oro, en
Estambul.
Ha debido ser un viaje maravilloso como muestran tus hermosas fotos. Un abrazo.
ResponderEliminar"El mar, la mar, solo la mar...", que decia Alberti...
ResponderEliminarYa te tenemos de vuelta y nada menos, que mensajero de toda la belleza de esos mares del Mediterraneo.
Cuando uno, sentado al borde del mar o precipicio, escucha los lamentos o las risas de los que nos predecesieron, alli, recobramos la fe en el genero humano: no tiene el poder de destruccion. Muy a su pesar la vida seguira evolucionando.
Nosotros? Pues simples nubecillas de paso.
Bienvenido
Sí, Mercedes, ha sido más que maravilloso. Un cúmulo de experiencias únicas.
ResponderEliminarGracias y saludos.
Igoa, esta "nubecilla de paso", como muy bien dices, se ha sorprendido ante tanto pasado y presente, múltiple, variado e inabarcable, que ha podido atisbar por esos mares.
ResponderEliminarGracias y saludos.
El mar, fuente de vida y, últimamente, de muerte (tantos inmigrantes que no llegan a tierra). Tus fotos son un soplo de maravillosa nostalgia y recreación pacificadora.
ResponderEliminarPd.: ¿Me permites una pregunta?. ¿El viaje lo has hecho en crucero o por libre?. Lo tengo pendiente en la agenda y no sé cómo organizarlo mejor.
Saludos y gracias
Inma, el viaje lo he hecho por libre. En crucero habría sido otro viaje y creo que mucho menos interesante.
ResponderEliminarLos mares nos esperan en iibertad.
Gracias y saludos.
Mi querido Tras: no sabes lo que me alegra que ya estés de vuelta de tus maravillosos viajes, por lo menos es lo que nos transmites con tus textos y con las magníficas fotos que nos ponen los "dientes largo"..es envidia, pero de la buena...besos
ResponderEliminarEl mar. La mar.
El mar. ¡Sólo la mar!
¿Por qué me trajiste, padre,
a la ciudad?
¿Por qué me desenterraste
del mar?
En sueños, la marejada
me tira del corazón.
Se lo quisiera llevar.
Padre, ¿por qué me trajiste
acá?..Rafael Alberti
Maravillosa mezcla de todo: antigüedad, modernidad, cultura, Historia, civilización, naturaleza. Parece un viaje inolvidable. Todo evoca el más inolvidable de todos, el de Ulises. Excelentes fotos, las del mar y las otras. Confieso sana envidia.
ResponderEliminarAbrazos.
Agueda, me alegra mucho que participes del disfrute que yo he sentido visitando aquellas tierras y mares que ofrecen infinitas posibilidades, como la poesía...
ResponderEliminarGracias y saludos.
Sí, Celeste, es tal y como lo dices, una mezcla inolvidable de todo, como es inolvidable y completo el viaje de Ulises.
ResponderEliminarGracias y saludos.
Trans, me permites?
ResponderEliminarGracias a nuestra amiga Agueda por el poema de Alberti, que yo siempre hacia recitar a mis alumnos...
Besos
Igoa, ya te puedes imaginar que te permito "casi" todo. Y yo también le doy las gracias.
ResponderEliminarGracias a ti y saludos.
El mar siempre me atraé, nos traes un viaje maravilloso, lleno de unidad y de vida, gracias por traérnoslo aquí con tu visión siempre realista y tu bello texto acompañado de tus bonitas fotografías.
ResponderEliminarUn saludo tras
Sí, Aurora, el mar atrae y es vida pura. A él nos asomamos con respeto y un tanto maravillados.
ResponderEliminarGracias y saludos.