Por muy hermoso que pueda ser un atardecer en Praga, en el Río de la Plata o en el Sahara, el amanecer nos espera como una puerta abierta a cualquier posibilidad que podamos inventar, sirviéndole de alternativa. Su belleza se encuentra en su potencialidad luminosa y en el ofrecimiento que nos hace de seguir caminando, incluso aunque solo sea en círculo. Y nuestro deseo de luz no se produce para que quede iluminado algo que pertenece al pasado, como en la imagen hoy irrepetible, que ha sido aniquilado cumpliendo el afán destructivo que caracteriza hoy las sociedades humanas y que pretende sustituir el afán de renovación que caracteriza nuestros mejores momentos. ¿Cómo diferenciar la aurora del ocaso? Solo podemos hacerlo gracias a nuestra disposición a vivir o a descansar, a olvidar, a recordar y a renovar la vida en su constante cambio y en su permanencia inestable, la que proporciona esos momentos de felicidad que dan sentido al recorrido circular
Maravillosas fotografías de una hermosa ciudad por su historia y su pueblo.
ResponderEliminarSí, Rita, una de las ciudades más extraordinarias que existen. Un lugar inolvidable casi imprescindible de visitar.
ResponderEliminarGraacias y saludos.
Si, realmente para conocer la historia de la humanidad reciente hay que conocerla. Incluso esquivando tarados mentales. Estupendo reportaje y dificil escoger imágenes con todo lo que ofrece esa joya.
ResponderEliminarAmigo 'trassssss....' has hecho un recorrido con tus bonitas fotografías por una ciudad convulsa, a veces, complicada. La culpa no es de la ciudad es de la insensatez.
ResponderEliminarUn abrazo, joven.
Sí, Carlos, es difícil escoger imágenes de una ciudad tan rica en contrastes, en pura vida, en historia y presente. Se hace necesario conocerla e ineludible disfrutarla.
ResponderEliminarGracias y saludos.
Sí, Blas, una ciudad complicada que ofrece una riqueza vital como pocas que yo haya conocido. Esperemos que la insensatez no apague su vida.
ResponderEliminarGracias y saludos.
Y ahora con un mendrugo que le pone rejas y la saca del mundo real condenandola a la oscuridad. ¿Como vamos a ir a hacer fotos con estos mimbres?.
ResponderEliminarSí, Carlos, cada día los mimbres parecen estrecharse y oscurecerse más. Ojalá que la convivencia mundial empiece a asomar la cabeza.
ResponderEliminarGracias y saludos.
Es una de mis favoritas! Y, ademas, la musica sufi que te embriaga y la danza de los derviches anclados en su centro y girando sin parar
ResponderEliminarSaludos
Sí, Igoa, una de las ciudades más atractivas del mundo sin poder definir por qué. Allí parece existir todo y moverse todo.
EliminarGracias y saludos.
Gracias por estas magníficas fotos de una ciudad que pateé, fotografié y gocé unos días de hace ya unos cuantos años, vivo todo ello en la memoria. Me has trasladado, me has hecho colocarme de inmediato en cada instantánea para asumirla, me has hecho volver a sentir la efervescencia de una metrópolis diversa, magnética y única. Un abrazo, Alfonso.
ResponderEliminarTodo lo que dices, amigo Teo, se corresponde con esa ciudad diversa, magnética y única. recuerdo aquí una visita inolvidable, unos días que Estambul convirtió en únicos e imborrables. Muchas gracias.
EliminarBellísimas fotos que reflejan un viaje, un sentir, un fluir continuo, tradiciones en conjunción con la modernidad y todo, todo, de tu mano hasta el atardecer...
ResponderEliminarHermoso