No he podido, o sabido, encontrar otra forma de hacer pública mi penúltima novela que publicarla por entregas aquí.
Eso voy a hacer en los próximos días, un fragmento por día, en paralelo a mi página de Facebook:
https://www.facebook.com/independiente.trashumante
Su título es:
PAPELES PÓSTUMOS DE “ROJO” (copyright Alfonso Blanco Martín)
(Quien desee tenerla y leerla completa, no tiene más que escribirme a trasindependiente@gmail.com, o por “messenger” en Facebook, y por 10 euros (gastos de envío incluidos) se la imprimiré y se la enviaré dedicada por correo)
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14
Podemos olvidar, pero siempre tenemos una memoria que vive en nosotros, en nuestro presente, en cada gesto, en cada palabra, en cada opinión, en cada olvido…
El recuerdo está siempre presente, aunque los detalles huyan, olvidados. Es como recordar el perfil de un pariente lejano, el contorno de su rostro, pero no poder distinguir sus rasgos, lo que le daba expresión y sentido a su presencia. Queda en nuestra memoria la presencia de alguien sin rasgos. Queda un halo que no es aquella persona sino lo que el recuerdo nos permite dibujar de ella, aunque poco intenso. Gradualmente hemos llevado su figura a un lugar de ese mapa de nuestra memoria en el que no podemos entrar, que solo podemos rodear para calibrar su forma y tamaño. Seguramente es un ardid que le hace permanecer en el lugar del desprecio.
15
No me identifico ni con mi tiempo ni con mi lugar. Me lleva pasando desde siempre, desde que La Patria se me ofrecía en el colegio como la cima de toda aspiración; desde que se me enseñaba que procedíamos de un paraíso perdido y caminábamos (con esfuerzo) hacia otro. Más tarde aprendí que todo lo aprendido podía cambiar de nombre, aunque no de sustancia. Nunca acepté arrastrar la culpa de unos antepasados, ni próximos ni lejanos, aunque (con el paso de las horas) haya aprendido que la realidad es que las culpas nos siguen porque no podemos evitar convocarlas.
(Continuará)
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