No he podido, o sabido, encontrar otra forma de hacer pública mi penúltima novela que publicarla por entregas aquí.
Eso voy a hacer en los próximos días, un fragmento por día, en paralelo a mi página de Facebook:
https://www.facebook.com/independiente.trashumante
Su título es:
PAPELES PÓSTUMOS DE “ROJO” (copyright Alfonso Blanco Martín)
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¿Qué ocurrió con Daniel?
¿Quién fue y quién es Lucía?
¿Hay algún porqué en Luis?
¿Quién o qué es Alfonso?
¿Cómo piensa y siente Mariana?
Quizá haya un resquicio entre la vida y la muerte que se aparece a veces y es capaz de revelar facetas de auténtica vida.
(Quien desee tenerla y leerla completa, no tiene más que escribirme a trasindependiente@gmail.com, o por “messenger” en Facebook, y por 10 euros (gastos de envío incluidos) se la imprimiré y se la enviaré dedicada por correo)
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He mantenido, aunque el pudor casi me impide hacerlo, los párrafos en que Daniel habla de mí. Han sido una sorpresa de amigo que me ha llenado de emoción. El retrato que queda de ese que debo ser yo no me parece que sea el de mi persona, si es que existe, sino el de un demiurgo inventado por la fantasía y la extrema sensibilidad de mi querido Daniel, ese hermano que hoy me proporciona la alegría triste de transcribir su historia enhebrada por él mismo y completada sin que él lo sepa. Completada de una forma espuria y solo como homenaje a él, a sus propias letras, tan amadas, tan de su vida. No, él no contaba en su escritura su vida, salvo en lo que ahora transcribo. Escribía cuentos, poemas, pequeños ensayos, un corpus de escritura que lo acompañaba siempre y que él apreciaba como otra vida no necesariamente alternativa a su propia y querida vida. Siempre tuve la duda, la que hoy se ha borrado, de si esa otra vida era alternativa a la que sin escribir iba sucediendo en sus momentos cotidianos. Nunca supe si era así o si era otra faceta más de la auténtica vida que él sabía vivir porque conocía el sueño, porque conocía la limitación, porque vivía en la palabra como destino irrenunciable y conocía que estamos hechos de otras materias a las que no alcanza la palabra, aunque sí la poesía, palabra que sin dejar de ser ella mismo se hace carne y sangre de quien piensa y siente sin limitaciones extrañas a sí mismo.
Me ha emocionado leer su relato, o sus relatos, hay tanta autenticidad en lo que escribe, aunque sea desordenadamente, que he encontrado la coherencia que quizá no aparente contener precisamente en lo auténtico de sus palabras. Una incoherencia que permite apreciar que Daniel nunca deja de ser ese constructor de lo narrado que ha sido siempre, que destilaba en lo que me contaba de palabra, en la narración de sus cuitas, como él siempre llamaba a los sucesos (siempre acompañados de pensamiento/reflexión) que me relataba cuando caminábamos juntos interminablemente, convirtiendo la ciudad en un infinito que abrazaba nuestras palabras.
Yo, en mi vida, poco a poco me fui haciendo un mapa del mundo, un mapa propio, construido con mis deseos y mis afanes. Hace unos años que me pareció que lo estaba terminando a mi pesar, que no me cabían, por falta de colores propios, más calles, edificios, jardines, montañas, obras de arte, personas, misterios, sueños…, aunque me hubiera gustado que su conformación fuera infinita. Hoy ese gran o pequeño mapa se completa con el misterio y la cercanía de lo que he recibido y del orden que yo le he inculcado, un orden que contenían esas letras y palabras y que yo subrayo completando, quizá definitivamente mi mapa incompleto.
Me diste tanto, Daniel, sin yo apenas percibirlo, que hoy parece que te devolviera con el orden que pongo a lo que recibo desde ti, todo aquello que quizá no supe acercarte en su momento de la forma en que merecías.
Y me he permitido, además, al igual que darle título, añadir unos fragmentos míos al manuscrito de mi querido Daniel y a las palabras de Mariana a modo de epílogo. Un homenaje a él y a sus letras que creo le gustaría bastante porque está basado en su visión de la muerte y la vida, y en lo que tantas y tantas añoradas veces, caminando, hablamos juntos, sin tiempo y sin medida, con una cercanía que hoy forma parte de lo que es mi vida, como Daniel es un componente insustituible de ella.
(Continuará)
Enhorabuena,por esta pequeña entrega de tus papeles póstumos Alfonso ,me ha mantenido absorta su lectura e impaciente por leer el siguiente capítulo. Abrazo enorme querido amigo.
ResponderEliminarMe alegra muchísimo lo que dices, querida amiga Gloria. Ya estoy preparando el envío. Muchísimas gracias y un beso.
EliminarMe ha gustado mucho esta entrega de vida y sentimientos, que emanan de tus palabras. Seguiré tu camino de remembranzas, que estoy segura serán cada vez más emotivas e interesantes. Gracias. Buenas noches, un abrazo.,
ResponderEliminarMuchísimas gracias. Me alegra mucho lo que dices. Un abrazo.
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