Ir al contenido principal

PAPELES PÓSTUMOS DE "ROJO" (XXXII)




No he podido, o sabido, encontrar otra forma de hacer pública mi penúltima novela que publicarla por entregas aquí.

Eso voy a hacer en los próximos días, un fragmento por día, en paralelo a mi página de Facebook:

https://www.facebook.com/independiente.trashumante

Su título es:

PAPELES PÓSTUMOS DE “ROJO” (copyright Alfonso Blanco Martín)

 

 (Quien desee tenerla y leerla completa, no tiene más que escribirme a trasindependiente@gmail.com, o por “messenger” en Facebook, y por 10 euros (gastos de envío incluidos) se la imprimiré y se la enviaré dedicada por correo)

 

***
 
 
Me hubiera gustado que Antonio y Carmen se enredaran en algún enfrentamiento que alejara a Carmen de mí, o que alejara mi preocupación por ella, mi propio enredarme en su existencia. Algo innecesario y banal según mi propia consideración, pero que perseguía mis horas en el trabajo. Mis horas… Las que gano y pierdo, con las que me gano la vida mientras la pierdo, para poder ser el que soy acoplado a unos horarios y exigencias alejadas de mí, que cumplen con su obligación de obligarme y me proporcionan la libertad de no implicarme. O eso creo y quiero.
 
 
Carmen tiene su cara profesional, creo que muy diferente a su cara privada. Antonio, en cambio, y para mi contento, tiene siempre su cara privada, aunque eso le aleja del respeto que necesitaría le tuvieran los demás compañeros. Esto que cuento me ha hecho recordar a Puri, la seria, cuando un día nos contó a Antonio y a mí, con toda su seriedad, que había tenido que ducharse a oscuras porque los focos de su baño contenían algo, una amenaza, un brillo que ocultaba un destino funesto.
 
 
Y yo siempre tan intenso, tan lleno de absurdas críticas y sensaciones innecesarias que me amargan esa vida profesional que, a cambio, vivo como perfecta.
 
 
Nadie soporta mi perfección, la que no poseo; es un poso que voy dejando en mis compañeros como si fuera un ser carismático no reconocido por nadie. Creo que todos ocultan un resquemor por la seguridad que no poseo y que ellos deducen de mis afirmaciones, quizá de mis silencios, tan abundantes, y de mis miradas de tímido que se ha impuesto ver en los ojos de los otros lo que le gustaría no encontrar.
 
 
Aquel día de mi propuesta sobre el informe en torno a Oriente fue el que convirtió nuestra relación en una complicidad amistosa, el que convirtió la carretera por la que caminábamos juntos, a ratos, en un camino por el fondo de un valle, junto a un suave torrente, animado por la variedad de los árboles de las riberas y por la visión de los bosques de las vertientes en un inicio de primavera. Nuestro paseo se deslizaba por el camino en suave pendiente que apoyaba nuestras palabras y recuerdos, nuestras opiniones y bromas, en un diálogo sin fin que se retomaba cada vez que nos volvíamos a encontrar.
 
 
(Continuará)

Comentarios

Entradas populares de este blog

EL OCASO, LA AURORA

  Por muy hermoso que pueda ser un atardecer en Praga, en el Río de la Plata o en el Sahara, el amanecer nos espera como una puerta abierta a cualquier posibilidad que podamos inventar, sirviéndole de alternativa. Su belleza se encuentra en su potencialidad luminosa y en el ofrecimiento que nos hace de seguir caminando, incluso aunque solo sea en círculo. Y nuestro deseo de luz no se produce para que quede iluminado algo que pertenece al pasado, como en la imagen hoy irrepetible, que ha sido aniquilado cumpliendo el afán destructivo que caracteriza hoy las sociedades humanas y que pretende sustituir el afán de renovación que caracteriza nuestros mejores momentos.  ¿Cómo diferenciar la aurora del ocaso? Solo podemos hacerlo gracias a nuestra disposición a vivir o a descansar, a olvidar, a recordar y a renovar la vida en su constante cambio y en su permanencia inestable, la que proporciona esos momentos de felicidad que dan sentido al recorrido circular

COMUNICARSE

Desde que comenzó el año he dedicado parte de mi tiempo a compartir con quien le interese una de mis pasiones, la fotografía, gracias a la existencia de comunidades en la red que permiten hacerlo con personas de cualquier parte del mundo. Está siendo una gran experiencia por lo que supone contemplar lo que produce esa misma pasión en otras personas y lo que sugiere en ellas el producto de la mía. Resultado de esa agradable experiencia es que uno, sin pretenderlo, llega a conocer lo que más gusta a otros de lo que produce. Una curiosa experiencia esta de la comunicación que pone en valor unas fotografías sobre otras y enseña lo que uno es capaz de comunicar aunque no lo pretenda. Dejo aquí algunas de las fotografías que más han gustado y que han hecho que yo aprenda y sepa algo más de lo que somos, queremos, apreciamos y disfrutamos quienes nos decidimos a comunicarnos, en este caso a través de la imagen: Cómo me alegró que esta fotografía, tomada a más de 4300 metros de

ACTUALIDAD CIUDADANA

El otro día me encontré llorando ante las noticias que llegaban desde París, ante la barbarie indiscriminada y ante las reacciones de fuerza y miedo de los ciudadanos por excelencia que son los habitantes de la extraordinaria capital de Francia. La tristeza es una reacción normal ante la violencia ejercida contra mis vecinos, en sus lugares de encuentro y en unas calles a las que amo tanto por vivencias personales como por ser calles emblemáticas de la convivencia ciudadana. Pero lo más normal puede que no sea lo más deseable. No me he encontrado llorando ante los continuos atentados con un volumen de muertos ya incontable en países como Irak, Siria o Líbano, países que parecen ajenos a nosotros pero de cuya historia también somos herederos, aunque lo olvidemos más fácilmente que la herencia de la ciudadanía creada y recreada en Francia y puesta en práctica durante siglos en las hoy azotadas calles de París. ¿Seguiré (seguiremos) sin tener la auténtica e íntima conciencia